Si la memoria y las cuentas no me fallan, durante 2007 he visto 41 películas en una pantalla grande. De todas ellas, éstas han sido las diez experiencias cinematográficas más satisfactorias. No son las mejores, sino las que más satisfecho me han dejado:
1. La ciencia del sueño. Porque me gustan las películas que juegan con los elementos narrativos y con la imagen, que buscan otras maneras de contar una historia para maravillar al espectador. Porque uno terminaba enamorándose sin remedio de Gael y Charlotte. Porque salí del cine con una gran sensación de felicidad, convencido de que, si lo miras bien, el mundo puede ser mágico.
2. La vida de los otros. Porque, seguramente, sea una de las mejores películas que se hayan hecho en los últimos años. Porque es emocionante y escalofriante. Porque los personajes parecen vivos. Porque uno siente como era la dictadura comunista en la RDA como si la hubiera vivido en su propia piel.
3. Buda estalló por vergüenza. Porque demuestra que, para hacer cine, sólo hace falta una cámara, un buen plano y tener algo que contar. Porque hay momentos de la historia que no se deben olvidar. Porque un plano tembloroso de un barquito de papel arrastrado por la corriente de un río puede valer tanto como el travelling más elaborado o el plano secuencia más complejo.
4. Ratatoullie. Porque el cine de animación no es sólo para niños. Porque es divertida. Porque es emocionante. Porque tiene miles de detalles que descubrir, comentar y recordar. Porque Pixar hace que este mundo sea un lugar mejor.
5. REC. Porque es una montaña rusa perfectamente estructurada de tensión y dramatismo "in crescendo". Porque hacía años que no pasaba tanto miedo en una sala de cine, y lo que es peor, después de salir del cine. Porque me reconcilia con el cine español.
6. Diario de un escándalo. Porque es una montaña rusa perfectamente estructurada de tensión y dramatismo "in crescendo". Porque Judi Dench y Cate Blanchett están prodigiosas. Porque la partitura de Phillip Glass te arrastra como un tsunami musical.
7. Zodiac. Porque es una de las películas más arriesgadas del año. Porque es una de las más incomprendidas. Porque David Fincher es un genio. Porque sale Jake Gyllenhaal.
8. Hairspray. Porque es un musical. Porque tiene mala leche. Porque Michelle Pfeiffer está estupenda. Porque las gorditas también tienen derecho a ser las reinas del baile. Porque ha terminado de convertir a Zac Efron en el Ricky Nelson del siglo XXI, The Ultimate Teenage Icon.
9. Siete mesas de billar francés. Porque Gracia Querejeta está cada vez más cerca de hacer su gran película. Porque es un brillante ejercicio de guión. Porque Maribel Verdú es una buena actriz. Porque Amparo Baró emociona.
10. En busca de la felicidad. Porque es un melodrama que no tiene miedo a serlo. Porque Will Smith actúa. Porque salen San Francisco y un cubo de Rubik. Porque es una película para llorar y llorar en un domingo triste.
Y no sólo esto: durante el año 2007 también hemos tenido más musicales (Dreamgirls), títulos de ciencia ficción metafísica más o menos fallidos (Sunshine y La fuente de la vida), cine independiente estadounidense (Half Nelson ... y pensar que Ryan Gosling era copresentador del Club Disney con Cristina, Britney y Justin), más ocasiones para pasar miedo (1408), cine independiente español (Casual Day, vista en el Festival de San Sebastián y próximamente en las pantallas), películas con más estrellas que en el cielo (Bobby), nuevas entregas de directores interesantes (Marie Antoinette y Death Proof) y europuddins variados (Paris Je t´aime).
A cambio solo tuvimos que aguantar argumentos absurdos como el de El truco final, grandes bluffs publicitados como El orfanato, adaptaciones muy fallidas como la de La brujula dorada o Soy Leyenda, una preocupante ida de olla del Caótico Julio, o nuevas secuelas de series que, quizás, ya no den más de sí. La mención especial a la Peor Película del Año recae en Reclaim your brain, una insultante cinta de celuloide que exhibieron en el Festival de San Sebastián y que, con suerte, nunca llegará a nuestras pantallas.
El año que viene, más y mejor.