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El blog de ace76

Frivolidad

TE VEO DISTINTO...

TE VEO DISTINTO...

Año Nuevo, Nuevo Look! A la apuesta decidida por el look semibarbudo y por la recuperación de las greñas de antaño, tengo que añadir la compra de unas nuevas gafas. Ya era hora, después de una década con las antiguas.

Bajé a la óptica que hay al lado de casa. Desde luego, no es la óptica más barata del mundo, pero siempre he ido a ésa y el óptico ya me conoce. Debe de ser el único dependiente de una tienda marileña que me conoce, cosa que es una chorrada, pero hace que uno se sienta más a gusto.

-Hola, venía a hacerme unas gafas nuevas.

-Vale, ahora miro tu ficha.

¡Jo, hasta tengo ficha y todo!

-¿Cómo quieres las gafas?

-No tengo ni idea, unas gafas sencillas. Bueno, que no sean de montura al aire. Y de color negro, creo.

Así que el hombre me empezó a sacar monturas y más monturas. Los cristales de las gafas son cada vez más pequeños y alargados, nada que ver con los cristalones de cuando empeza a llevar gafas. Me las fui probando. Las de pasta las deseché en seguida. Me veía demasiado diferente en el espejo. No me quedaban mal, pero parecía otro. Además, ya me veía poseido por el espíritu gafapasta, con un abrigo negro, una bufanda gris, yendo a ver películas checas en versión original subitulada con un libro bajo el brazo. Buf, incluso hasta me veía empezando a fumar Ducados... o pipa.

-Este año se llevan mucho las monturas de colores.

-Como Fabio Capello, ¿no?

Me probé unas blancas y negras que eran bastante bonitas, ni demasiado llamativas, ni demasiado sobrias. Pero en estos casos siempre se me suele aparecer la imagen de mi madre con mirada escéptica... Puede que estén de moda este año y quedar ridículas dentro de dos. Y no es cuestión de estar comprando gafas cada dos años, por mucho que en el trabajo te ayuden a pagarlas. Además, como soy medio cegato, necesito cristales reducidos, lo que hace que el precio suba astronómicamente. 

Así que opté por la opción "lo clásico nunca pasa de moda (y el estilo lo pongo yo)" y me compré unas bonitas gafas metálicas de color negro. Son muy diferentes a las viejas, pero parece que la gente no se da cuenta. Tenía que haber comprado las de pasta.

LA FIESTA DE MAX

LA FIESTA DE MAX

Yo había estado en esa casa antes. Era un bar sucio y cochambroso, la definición arquetípica de "garito", incluso de "tugurio". En la oscuridad, la gente se apelotonaba en sus dos plantas mientras el pichadiscos (ese tipo de local no tiene DJ, tiene "pincha") ponía grandes éxitos del rock de los setenta.

Cuatro años después, nada recordaba a lo que el lugar era antes. El espacio era diáfano, la luz era tamizada y los colores eran blanco y rojo. Recordaba a un loft de una revista de diseño, pero también a un garaje. En el sotano inferior, un auténtico DJ machacaba el aire con sus discos. Poco antes, uno de los invitados había tocado varías melodías con un acordeón. El contraste entre la modernidad del ambiente y el sonido del instrumento era llamativo. Al final, sólo dos chicas vestidas de negro prestaban atención al músico. El anfitrión se animó a bailar un tango rudimentario.

A lo largo de la noche, la casa se fue llenando de gente. Me econtré con antiguos compañeros de la ECAM y pude despacharme a gusto con el pasado. Y es que como dicen en "Los Simpsons":

-Lo que pasa es que criticar es fácil.

-¡Y divertido!

Bebí un whiskey más de lo que aconstumbro. Pero al notar que la acidez en mi lengua aumentaba, decidí dejar la copa en una esquina. No había macetas a la vista donde derramar el líquido.

EL VALOR DE LAS COSAS

EL VALOR DE LAS COSAS

Ver un león marino en Pier 39... no tiene precio.

Pero si lo encuentras en un panel de "Alta Tensión" sobre fauna americana... ganas 50 euros.

ECLÉCTICO

 A veces me cuesta mucho definirme, me veo siempre oscilando entre dos extremos: serio/gracioso; profundo/superficial; equilibrado/desequilibrado; vago/trabajador; perfeccionistas/dejado. Y aunque no creo en los horóscopos, quizás sí que sea un buen representante de Libra, siempre buscando el equilibrio entre las dos balanzas.

Una buena palabra para definirme sería "ecléctico" (que profesa el eclecticismo: Modo de juzgar u obrar que adopta una postura intermedia, en vez de seguir soluciones extremas o bien definidas; Escuela filosófica que procura conciliar las doctrinas que parecen mejores o más verosímiles, aunque procedan de diversos sistemas).

Del mismo modo que anoche me moría de ganas de devorar la pizza de queso de cabra y cebolla caramelizada del Pizza Hut, no se puede estar todo el rato escuchando a The Bravery y James Butler Trio (de los que acabo de descubrir un temazo: "Zebra". Miguel, descargátelo). Así que, sin sentir ningún pudor, mis próximas adquisiciones musicales serán el disco de Edurne (llevo todo el día tarareando su single), el de la Oreja de Van Gogh (siempre los he defendido) y puede que dejé que Carlos Goñi me vuelva a sacar los cuartos con su enésimo Básico. Lo que es seguro es que, remotando las aguas del Amazonas desde la colonia turca de Alemania, acabará llegando a casa el nuevo disco de Tarkan. ¡Ahora en inglés! 

 

SI YO FUERA RICO

SI YO FUERA RICO

Si yo fuera rico...

...me compraría un piso en la zona de Malasaña o de Bilbao, en Madrid, un ático-duplex en uno de estos edificios antiguos restaurados, con el suelo de madera y los techos de vigas vistas; con un amplio salón de estilo minimalista, con luces halógenas, un sofá cómodo, una mesa para comer (estoy harto de comer en mesitas), una estantería con un buen equipo de música y todos mis discos perfectamente ordenados, un home cinema, lámparas halógenas, cuadros en las paredes; con una gran cocina, con su congelador, su campana extractora de humos metalizada, su horno, sus pequeños electrodomésticos (entre los que figuraría un pequeño capricho: una cafetera de estas de Nesspresso), con cajones para guardar la cubertería y amplios ordenados armarios para mis bonitos paltos cuadrados y los tarros de harina, arroz, pasta, sal, azúcar, lentejas... Tendría dos habitaciones en la parte superior: una sería mi dormitorio, con un amplio armario empotrado y una cómoda cama; y la otra serviría a la vez como dormitorio para invitados y despacho. Ahí estaría instalada mi mesa de trabajo, con su ordenador, su conexión a Internet y las estanterías con mis libros. Y en el baño (de gresite, claro)... no sé... ¿qué tal una ducha hidromasaje?

 

YA ESTÁ AQUÍ

YA ESTÁ AQUÍ Esta noche arranca en Telecinco la cuarta edición de Operación Triunfo. Y ya están las fotos y los perfiles de los concursantes colgados en Internet. A primera vista, me han parecido todos muy guapos, y es que GH y OT siguen caminos paralelos:

-La primera edición es "la auténtica", es un fenómeno social, un programa de éxito cuyos concursantes no sabían lo que les esperaba, no tenían referentes y por eso también eran "los auténticos". Tanto ellos como el espectador caminan al mismo ritmo; en el caso de OT1, todo se improvisaba: de repente, los discos de las galas tienen éxito; de repente, ellos son estrellas; de repente, llenan dos noches seguidos el Bernabeu... Era algo que emocionaba y todo. En GH1, de repente, todo el mundo quería saber más sobre Anya, Ismael, Iván... estaban en boca de todos, fueron los primeros cutrefamosos como tales, el modelo a seguir por todos los que han venido después.

-En la segunda edición se trata de repetir el éxito de la primera edición, haciendo una copia milimétrica de lo anterior, intentando mejorar lo inmejorable: los concursantes. Estos ya tienen una expectativa de lo que les espera, son más modernos, más conscientes de su imagen, y para ellos el concurso es un mero trámite para alcanzar lo que realmente les interesa: la fama. Como el concurso es un mero trámite, el programa se convierte en algo rutinario y aburrido. Consecuencia: el invento sigue funcionado, pero no convence, el espectador siente que "ya no es lo mismo" y termina dándole la espalda al producto. Cuando Marta salió de la casa de GH, sus compañeros le decían "ya eres una cutrefamosilla"; en las conversaciones dentro de la Academia, todos los participantes estaban convencidos de que iban a grabar un disco en solitario, porque "si gente como Natalia, Verónica o Juan los han hecho, ¿cómo no vamos a hacerlo nosotros? (que somos más guapos y cantamos mejor)".

-En la tercera edición se introducen cambios importantes para rescatar a la nave del naufragio. En GH3, teníamos nuevo presentador, nuevo decorado, intentos de hacer el programa más espectacular. En OT3 se cambió el sistema de nominaciones, se fueron algunos profesores importantes, se intentaron hacer coreografías más vistosas... Y por una razón que se me escapa, los que seleccionan el casting deciden corregir el exceso de concursantes perfectos de la edición anterior con unos concursantes que son todo lo contrario: más feos, más extraños, más "friquis". En GH3 consiguieron una selección de concursantes repugnantes (Kiko, Patricia, Raquel, Ness); y en OT 3, una selección de triunfitos feos y poco carismáticos que, eso sí, eran mucho más simpáticos y, en algunos casos, cantaban mucho mejor que los pavisosos de la segunda edición.

-Y llegamos a la cuarta edición. T5 no tardó ni seis meses en sumergir en el olvido la tercera edición, poner en marcha una cuarta edición de GH, recuperó a la Milá y apostó otra vez por los concursantes guapos y poco profundos... ¿Qué pasará con la cuarta edición de OT? Apuesto que de la misma forma que GH dejó de utilizar la excusa de ser "un experimento sociológico", OT dejará de ser "un programa que busca nuevas estrellas musicales" para ser lo que realmente es: "un espectaculo televisivo". Nada de "sueños que se hacen realidad", ni de "yo estoy aquí por la música", no. OT4 será un reality puro y duro que T5 va a exprimir a fondo.

¿Habrá OT5? ¿O será el último estertor del formato? Esta noche tendremos todas las respuestas... Porque el secreto del éxito de un concurso de estas características depende no sólo del trato que reciba por parte de la cadena como de los concursantes... A ver si alguno que sea lo suficientemente interesante como para ver el programa (porque he decir que, a priori, no me apetece mucho verlo... aunque sé que caeré, muy malo tiene que ser para que yo no lo vea).

PD: Menudo ladrillo me he cascado sobre un tema tan poco interesante. Perdonadme, ya conoceis mis vicios.

DE ESTRENO Y HACIENDO EL TONTO

DE ESTRENO Y HACIENDO EL TONTO Anoche fui al estreno de "El calentito", la nueva película de Estíbaliz, en compañía de varios de mis mejores amigos y otra gente agradable. Decidí, por una vez, ponerme estupendo y me di el capricho de comprarme ropa en una de estas tiendas de precios indecentes de la calle Fuencarral. La verdad es que hacía tiempo que quería pasarme por Energie, sólo me hacía falta una excusa y una paga de verano. Eso sí, muchos euros invertidos en una camiseta y unos vaqueros, pero los calzoncillos, el cinturon y los calcetines eran de H&M (que, todo hay que decirlo, es a Energie lo que una tienda "Todo a un euro" a Vinçon... Bueno, no tanto, jejeje).

El estreno era en los cines UGCCineCité de Méndez Álvaro, lugar al que yo nunca había ido. Por suerte, el taxista sí que sabía ir. La película se proyectaba a la vez en cuatro o cinco salas, y la proyección arrancaba conforme se iban llenando. Yo había leido el guión, así que ya conocía el argumento. Me gustó bastante. Buenas actuaciones de todo el reparto, especialmente de Nuria González, Macarena Gómez y como no, nuestra Esti, que iba muy guapa con su vestido de Amaya Arzuaga (prestado, a las estrellas se los prestan). Además, la dirección artística es creible, no como en la serie esa de la que nadie se acuerda pero que iba a ser elsuperestrenodelatemporadapasada. En resumidas cuentas, y aunque a veces tiene un cierto tufillo de "atracción de parque temático de la movida madrileña", vale la pena verla. Es una película que no pretende ser más de lo que es, y eso se agradece.

Y después... la fiesta. Era en el mismo cine, en una terraza exterior. Primera sorpresa: ¡lluvia! Sólo fueron cuatro gotas, pero nos desconcertaron. Segunda sorpresa: como Mahou apoya el cine español, SÓLO se sirvió cerveza hasta que les salió de las narices (primero dijeron que a las doce, luego que a las doce y cuarto, luego que las doce y media). Así que nada, a beber cerveza, con lo mal que me sienta. Porque parece mentira lo tonto que me pongo con un par de cañas, y claro, no es lo mismo comentar que DG es un cabezón (que lo es) o preguntar a qué escuela de interpretación ha ido JS (si es que ha ido a alguna) que confundir los comentarios irónicos con los hirientes. Me pasa más veces de lo que debería. Menos mal que mis amigos son pacientes conmigo...

Tuve que volver a casa solo (trabajo, maldito trabajo) y, aunque al principio busqué un taxi infructuosamente, terminé por volver a casa andando. Hacía una buena noche, fresquita, volvía a llover un poco, y me gustan esos momentos en los que la ciudad está solitaria. Vienen bien para pensar en lo que ha sido la noche. Y decidí que en el próximo estreno seré menos estupendo: la frivolidad, en el fondo, es bastante aburrida.

VÓTAME

Me apunté a un concurso de Blogs convocado por el diario 20minutos y, mira por donde, ahora me tenéis que votar para que sea el gran ganador. ¿Por qué? Porque me lo merezco, porque sois mis amigos y porque yo os lo pido.

Hale, aquí tenéis el link.


Vótame



convocado por:
20minutos.es



MADRID, UNA HISTORIA DE AMOR (¡Y ODIO!). Capítulo III: Bares, qué lugares

MADRID, UNA HISTORIA DE AMOR (¡Y ODIO!). Capítulo III: Bares, qué lugares Cuando llegué a Madrid me propuse cumplir el segundo de los diez mandamientos. Sí, este que dice: "Aprovecharás las fiestas". Vivir solo, sin una madre que te obligue a levantarte los domingos por la mañana, ofrecía las mejores condiciones para traer a Madrid la muy sana y divertida constumbre norteña de la Gau-Pasa.

Pero, claro, uno se encuentra, de repente con una ciudad en la que las zonas de marcha se multiplican. En Pamplona, es todo mucho más sencillo: está lo Viejo, está San Juan y está Iturrama. Lo Viejo es para comenzar la noche (y cada calle es temática: Caldera, jevitrones; Jarauta, borrokas y despistados; San Nicolas... bueno, con decir que le llaman San Pijolas está todo dicho; Cuesta Labrit, territorio Audiovisual; y la Plaza de los Ajos, con ese local llamado "Los Portales", que ahora es un bar nostálgico de los noventa), San Juan es para los noctámbulos horteras (lo siento por si alguno de mis lectores va a San Juan, pero es que, por ahí los bares son lo peor: en el Mod´s hasta ponen a Alex Ubago... ¡¡¡¡Y eso que el bar se llama Mod´s!!!!), Iturrama es para padres marchosos... El panorama se completa con tres o cuatro discotecas.

Vamos, que es fácil decidir donde salir. Buscando analogías, los colonos pamplonicas decidimos equiparar Malasaña con lo Viejo y Huertas con San Juan. En otras palabras, y como en Madrid no hay borrokas, clasificamos Malasaña como "bohemio" y Huertas como "pijo". Después descubriríamos nuestro error... Porque Huertas NO es pijo, es cutre. De Huertas sólo salvo al Ducados Café, donde ponían música bastante decente. Bueno, y le tengo cariño a un local que no estoy seguro de que siga abierto: el Danza Madrid, donde ponían música bastante cutre, pero que fue, creo recordar, al primer bar al que fui en mi primera noche de juerga madrileña. Si buscas auténtico pijerío, os recomiendo la zona del Santiago Bernabeu y los bares temáticos de la Avenida de Brasil (que si uno está decorado en plan FarWest, que si otro está decorado como un submarino...), pero por ahí no me veréis. Y si lo que buscáis es cutrerío, entonces vuestra zona es Moncloa, con sus indescriptibles bares (atención al "Inn", auténtico terrirtorio "ejque"). Pero ahí tampoco me veréis.

He de confesar que llevo mucho tiempo sin salir de marcha, así que puede que los bares que mencione hayan cerrado o cambiado de estilo, pero es que uno se va haciendo mayor y perezoso... De todas formas, certifico que el Penta y su vecino, el Tupperware, siguen abiertos y al pie del cañón. En mi primer año Ecamico, la fiesta comenzaba en el Destino Malasaña, un local especializado en "bonocopas": tres combinados por mil pesetas. Muy barato, sí. Y más teniendo en cuenta que, al fin y al cabo, te cobren tres euros o doce, lo que te sirven en Madrid no es whisky ni vodka, es garrafón puro y duro. Luego íbamos al Penta (sí, el de la canción de Antonio Vega, el de "La chica de ayer", el que NO menciona Enrique Iglesias en su versión), o al "American Pie" o al "Hotel California" o al "Angie" (sí, todos estos bares abrieron en los setenta). De todas formas, mi local favorito era - y sigue siendo- el Tupperware, decoración pop y rock de todos los pelajes, psicodélico, progresivo y del de dar botes. No todo el mundo aguanta este tipo de música, así que siempre se puede confiar en el Penta, donde lo mismo suena Rafaela Carra que Duncan Dhu que Aretha Franklin, o caminar un poco hasta la glorieta de Bilbao e ir hasta "La chocita sueca", que es también muy democrática en música y en precios. Y ya puestos a caminar, os podeís acercar a la zona de Alonso Martínez, que es como de bares adolescentes. Ahí está el "Tunel", cutrebar cuya única ventaja es que cierra tarde y la entrada es muy barata.

Al lado de Malasaña esta Chueca, el parque temático gay. Allí es mejor ir con guía, porque si no, puedes acabar en algún local de oscura fama sin saberlo. Y prefiero no decir nombres... Por lo general, los mejores locales del barrio están siempre abarrotados, pero a veces es mejor hacer un poco de cola o dar unos cuantos codazos para hacerse un sitio en el Truco o en el Polana. La gran ventaja de estos locales es que puedes bailar sin complejos: ahí a nadie le llama la atención que los hombres también bailen. Y además, seguro que siempre hay alguien que lo hace peor que tú.

Si se sale un viernes, uno de los mejores locales para acabar la noche es el "8ymedio". Hace mucho tiempo que no voy, pero si leeis el blog de Er Manué, comprobaréis que ahi la gente se divierte. Eso sí, es mejor no ir si uno no le ve la gracia al tontipop indie español. También es muy recomendable la Sala Sol, donde uno puede bailar ritmos ethno-dance hasta que llegue la hora de desayunar.

Y que gusto da desayunar después de una divertida noche de sábado, a la luz del amanecer, y dormir todo el domingo...

MADRID, UNA HISTORIA DE AMOR (¡Y ODIO!). Capítulo II: Wake up and smell the coffee

MADRID, UNA HISTORIA DE AMOR (¡Y ODIO!). Capítulo II: Wake up and smell the coffee En 1998, año cero de mi vida madrileña, Pamplona había descubierto la última moda en bares: ¡las tabernas irlandesas y los pubs ingleses! De repente, en menos de un año, abrieron media docena de locales hechos de supuesta madera y decorados con supuestos elementos pintorescos. Y se desato la locura: imposible encontrar sitio en O´Neills, The Jumping Jester, Gallipot (y eso que seguro que los que habían abierto el local en cuestión se apellidaban Pérez, López o Urrutikoetxea). El colmo llegó cuando se abrió una taberna australiana... y todos sabemos que no hay nada mejor que la cerveza australiana...

El caso es que cuando llegué a Madrid descubrí que ese tipo de locales estaban cayendo en decadencia (si es que las modas tardan en llegar a provincias) y que lo que se llevaban en ese momento eran las cafeterías. Por todas partes surgían Jamaicas, Cafés di Roma y Cafes y Te, con sus exóticas y aromáticas variedades de cafes, tes, infusiones, pastas, tartas... Todo a precios muy poco módicos... Y en efecto, no tardaron en abir algún local de este tipo en Pamplona. Sin embargo, yo echaba algo de menos en Madrid: las auténticas cafeterías, lugares donde reunirse en torno a una taza de café y hablar con los amigos, o pasar un rato solo mientras se lee un libro y se contempla el paisaje humano que te rodea, locales donde el café sabe a café y las tartas son realmente apetitosas. En Pamplona, por ejemplo, tenemos el Café Vienés, en medio del parque de la Taconera, uno de los lugares más recomendables de la Vieja Iruna (además del propio Café Iruña, donde estuvo el propio Hemingway).

El primer que encontré fue el Pepe Botella, en la plaza Dos de Mayo. ¿Qué es lo que me llevó ahí? O mejor dicho, ¿qué es lo que le ha dado fama al local? Que, quizás, te encuentres con Eduardo Noriega y Alejandro Amenábar (aunque lo más fácil es que veas a Mateo Gil, cosa que no tiene la misma categoría, la verdad). ¿Y por qué iban estos chicos al Pepe Botella? ¿Por la calidad del café? ¿Por la simpatía de sus camareros? Pues no, simplemente porque les pillaba al lado de casa... y es que Amenábar vivió en la casa en la que vivió el chico del carrusel, en la Calle San Vicente Ferrer (si queréis ver el interior del piso, consultad el "making of" en el DVD de "Tesis"). El caso es que, con el tiempo, ya me di cuenta que ir al mismo café que Amenábar no es el camino para triunfar en el mundo del cine...

El segundo descubrimiento fue el Café de la Palma, en la calle de idem. Recuerdo que una noche fui con Esti, su amigo Aimar y otros amigos suyos euskaldunes. Creo que es de las pocas veces que he hablado algo de euskera en público... Lo mejor de la noche fue cuando un mago se acercó a hacernos varios trucos con una baraja. Fue una buena experiencia cafetil. El problema es que, en aquella época, aun no me orientaba bien por el Centro y tardé en volver a encontrar el local. Yo lo recordaba cercano a Tribunal... y está más bien cercano a Noviciado. Por lo demás, ya tuve tiempo para hartarme de magos en una época oscura de mi vida en la que frecuentaba el Zaratán con mis compis de trabajo de la época...

El tercer hallazgo fue el Café Barbieri, al lado de la Plaza de Lavapies. Éste es un café muy grande, de techos altos, suelo de madera, ventanas sucias, paredes desconchadas e incómodas mesas... y es que no son mesas, son restos de viejas máquinas de coser. Me gusta ese local, tiene un cierto aire de decadencia, de lugar que conoció tiempos mejores, de historias auténticas y no impostadas. No sé por qué, pero cuando estoy en él, pienso en Cuba, en los locales que se abrían en las colonias para recuperar algo del lujo y de las comodidades abandonadas en la metrópoli.

El Diurno, el cuarto decorado de mi vida madrileña, no tiene nada que ver con el Barbieri. Todo lo que éste lo tiene de desvencijado, lo tiene el Diurno de sofisticación. Es un local chic, cool y a la última (es decir, que no tardara en pasarse de moda). Ahí no me extrañaría nada encontrarme con Carrie Bradshow, aunque, de momento sólo he visto por ahí a Inma del Moral... El café no es muy rico, y los muffins tienen mejor aspecto externo que sabor, pero a veces apetece sentirse moderno y cosmopolita. Además, el Diurno tiene hasta videoclub: puedes recorrerte la sala de cine independiente para presumir de culto y luego llevarte a casa el DVD de "Scary Movie 3".

De todas formas, no le pronostico una vida muy larga al Diurno... Mi quinto local se llamaba "Elfindelafán", estaba muy cerca de mi casa y tenía un salón en la planta baja decorado al más puro estilo poppy, con mesas y asientos de su padre y de su madre, incluyendo legendarios sofás de sky (¿como se escribe eso?) y no menos míticas sillas de fornica. Un buen día, apareció cerrado... De hecho, hasta se habían llevado el rótulo... Adiós "Elfindelafán", nunca supe si era "El fin del afán", o un juego tonto de palabras entre francés y español: "El fin de la fán".

Y por último, mi café favorito, descubierto gracias al Taller de Relatos al que asistí el año pasado: el Café Ajenjo. Es un local semioculto, en una calle estrecha y poco visible. Y el Ajenjo sí que es "un lugar donde reunirse en torno a una taza de café y hablar con los amigos, o pasar un rato solo mientras se lee un libro y se contempla el paisaje humano que te rodea, un local donde el café sabe a café y las tartas son realmente apetitosas". Y además, sirven deliciosos batidos naturales, comprobadlo por vosotros mismos.

(PD: Y la huelga de "handling" ha sido desconvocada. Una vez más, el heroico Ace76 vence a la maldición de LoMonaco)

MADRID, UNA HISTORIA DE AMOR (¡Y ODIO!). Capítulo II: Wake up and smell the coffee

MADRID, UNA HISTORIA DE AMOR (¡Y ODIO!). Capítulo II: Wake up and smell the coffee En 1998, año cero de mi vida madrileña, Pamplona había descubierto la última moda en bares: ¡las tabernas irlandesas y los pubs ingleses! De repente, en menos de un año, abrieron media docena de locales hechos de supuesta madera y decorados con supuestos elementos pintorescos. Y se desato la locura: imposible encontrar sitio en O´Neills, The Jumping Jester, Gallipot (y eso que seguro que los que habían abierto el local en cuestión se apellidaban Pérez, López o Urrutikoetxea). El colmo llegó cuando se abrió una taberna australiana... y todos sabemos que no hay nada mejor que la cerveza australiana...

El caso es que cuando llegué a Madrid descubrí que ese tipo de locales estaban cayendo en decadencia (si es que las modas tardan en llegar a provincias) y que lo que se llevaban en ese momento eran las cafeterías. Por todas partes surgían Jamaicas, Cafés di Roma y Cafes y Te, con sus exóticas y aromáticas variedades de cafes, tes, infusiones, pastas, tartas... Todo a precios muy poco módicos... Y en efecto, no tardaron en abir algún local de este tipo en Pamplona. Sin embargo, yo echaba algo de menos en Madrid: las auténticas cafeterías, lugares donde reunirse en torno a una taza de café y hablar con los amigos, o pasar un rato solo mientras se lee un libro y se contempla el paisaje humano que te rodea, locales donde el café sabe a café y las tartas son realmente apetitosas. En Pamplona, por ejemplo, tenemos el Café Vienés, en medio del parque de la Taconera, uno de los lugares más recomendables de la Vieja Iruna (además del propio Café Iruña, donde estuvo el propio Hemingway).

El primer que encontré fue el Pepe Botella, en la plaza Dos de Mayo. ¿Qué es lo que me llevó ahí? O mejor dicho, ¿qué es lo que le ha dado fama al local? Que, quizás, te encuentres con Eduardo Noriega y Alejandro Amenábar (aunque lo más fácil es que veas a Mateo Gil, cosa que no tiene la misma categoría, la verdad). ¿Y por qué iban estos chicos al Pepe Botella? ¿Por la calidad del café? ¿Por la simpatía de sus camareros? Pues no, simplemente porque les pillaba al lado de casa... y es que Amenábar vivió en la casa en la que vivió el chico del carrusel, en la Calle San Vicente Ferrer (si queréis ver el interior del piso, consultad el "making of" en el DVD de "Tesis"). El caso es que, con el tiempo, ya me di cuenta que ir al mismo café que Amenábar no es el camino para triunfar en el mundo del cine...

El segundo descubrimiento fue el Café de la Palma, en la calle de idem. Recuerdo que una noche fui con Esti, su amigo Aimar y otros amigos suyos euskaldunes. Creo que es de las pocas veces que he hablado algo de euskera en público... Lo mejor de la noche fue cuando un mago se acercó a hacernos varios trucos con una baraja. Fue una buena experiencia cafetil. El problema es que, en aquella época, aun no me orientaba bien por el Centro y tardé en volver a encontrar el local. Yo lo recordaba cercano a Tribunal... y está más bien cercano a Noviciado. Por lo demás, ya tuve tiempo para hartarme de magos en una época oscura de mi vida en la que frecuentaba el Zaratán con mis compis de trabajo de la época...

El tercer hallazgo fue el Café Barbieri, al lado de la Plaza de Lavapies. Éste es un café muy grande, de techos altos, suelo de madera, ventanas sucias, paredes desconchadas e incómodas mesas... y es que no son mesas, son restos de viejas máquinas de coser. Me gusta ese local, tiene un cierto aire de decadencia, de lugar que conoció tiempos mejores, de historias auténticas y no impostadas. No sé por qué, pero cuando estoy en él, pienso en Cuba, en los locales que se abrían en las colonias para recuperar algo del lujo y de las comodidades abandonadas en la metrópoli.

El Diurno, el cuarto decorado de mi vida madrileña, no tiene nada que ver con el Barbieri. Todo lo que éste lo tiene de desvencijado, lo tiene el Diurno de sofisticación. Es un local chic, cool y a la última (es decir, que no tardara en pasarse de moda). Ahí no me extrañaría nada encontrarme con Carrie Bradshow, aunque, de momento sólo he visto por ahí a Inma del Moral... El café no es muy rico, y los muffins tienen mejor aspecto externo que sabor, pero a veces apetece sentirse moderno y cosmopolita. Además, el Diurno tiene hasta videoclub: puedes recorrerte la sala de cine independiente para presumir de culto y luego llevarte a casa el DVD de "Scary Movie 3".

De todas formas, no le pronostico una vida muy larga al Diurno... Mi quinto local se llamaba "Elfindelafán", estaba muy cerca de mi casa y tenía un salón en la planta baja decorado al más puro estilo poppy, con mesas y asientos de su padre y de su madre, incluyendo legendarios sofás de sky (¿como se escribe eso?) y no menos míticas sillas de fornica. Un buen día, apareció cerrado... De hecho, hasta se habían llevado el rótulo... Adiós "Elfindelafán", nunca supe si era "El fin del afán", o un juego tonto de palabras entre francés y español: "El fin de la fán".

Y por último, mi café favorito, descubierto gracias al Taller de Relatos al que asistí el año pasado: el Café Ajenjo. Es un local semioculto, en una calle estrecha y poco visible. Y el Ajenjo sí que es "un lugar donde reunirse en torno a una taza de café y hablar con los amigos, o pasar un rato solo mientras se lee un libro y se contempla el paisaje humano que te rodea, un local donde el café sabe a café y las tartas son realmente apetitosas". Y además, sirven deliciosos batidos naturales, comprobadlo por vosotros mismos.

(PD: Y la huelga de "handling" ha sido desconvocada. Una vez más, el heroico Ace76 vence a la maldición de LoMonaco)

NY

NY Llevo unas semanas con el Kazaa echando humo mientras se baja capítulos de "Sexo en Nueva York". La primera vez que vi la serie no le vi la gracia. De hecho, sigo creyendo que los primeros episodios son bastante flojos. La redescubrí gracias a Esti, a quien le prestaron el DVD de la primera temporada y nos la vimos casi de un tirón. Ahora me he descargado, capítulo a capítulo, la quinta y la sexta temporada, y me los veo en mi ordenador por la noche antes de acostarme (y en inglés, y he de decir que lo entiendo casi todo, cosa que me sorprende y me satisface a partes iguales). Me gusta la ligereza con la que habla de cosas serias como las relaciones sexuales, la búsqueda del amor, la maternidad, la amistad, sin ningún tipo de moralina... en este sentido, los guiones son modélicos: desarrollar cuatro tramas completas en treinta minutos, con abundantes personajes secundarios, diálogos a cuatro bandas y una voz en off que no molesta tiene mucho más mérito del que parece (aquí, en España, por ejemplo, no sabemos hacerlo... Lo que ganaría "Aquí no hay quien viva" si le recortaran quince minutos). También me gusta el buen acabado final del producto, y como no, ese ambiente de pijerio ultramáximo en el que se desarrolla la serie. Yo también quiero ser columnista en un periódico y comprarme unos zapatos de seiscientos dólares cuando me dé la gana. Bueno, zapatos no, otras cosas... Dvds, libros, discos, un equipo de Bang & Olufsen...

Nueva York, más en concreto, Manhattan, es el quinto personaje de la serie. Es un Nueva York más idealizado que real, el Nueva York "como debería de ser", no el que realmente es. La última vez que estuve ahí hubo dos cosas que me llamaron la atención: lo mal que viste la gente y la poca gente joven que vi por las calles. Desde luego, esas señoras gordas, vestidas con camisetas que no disimulan sus tetas flacidas, peinadas con horrorosas permanentes, no suelen salir en las películas. Y la estación de Jamaica, el intercambiador que cogía todos los días, no tiene ningún encanto, suelos sucios, paredes llenas de graffittis. Claro, que ahí no se habla inglés, se habla español. Vayas donde vayas, en Nueva York siempre hay alguien que habla español. En cualquier lugar donde haya más de un taquillero, seguro que alguien te puede atender en castellano. Y por supuesto, en los restaurantes siempre hay un camarero latino, más simpático y servicial que la chef de turno. Por cierto, nunca pidáis pollo en un restaurante americano. No tiene ningún sabor. Renunciad a la línea y disfrutad de las delicias que os ofrece la comida yanqui: esos panqueques regados con litros de miel de arce, esas miles de variedades de galletas Oreo y Chips Ahoy, esos muffins que concentran en sí mismos media docena de magdalenas (con un par puedes sobrevivir todo un día entero), esa mantequilla de cacahuete que se pega al paladar... Sí, engordarás un kilo al día, pero tendrás las endorfinas a mil por hora. Además, ¿en qué otro lugar del mundo puedes encontrar queso Philadelphia con sabor a fresa o Nesquik de piña? Y el agua tiene sabores, muchos e inverosímiles sabores.

Y es que en Estados Unidos, todo es a lo grande. Los bricks de leche con foto de niño desaparecido o los de zumo Tropicana (con dos opciones: "Lots of Pulp" o "No Pulp", de las cuales a España sólo ha llegado la modalidad "The pulp is in the bottom") van en galones, no en litros. Y como no, los coches, los edificios, los electrodomésticos... El espacio les sobra y todo lo hacen en proporciones gigantescas. Fijaros bien en la cocina que sale en cualquier película o serie americana y comprobaréis que en el espacio que ocupa la lavadora podría vivir una familia de inmigrantes...

La impresión que me causó Estados Unidos la última vez que la visite es que ahí todo está pensado para hacer la vida lo más cómoda y placentera posible. Es como un mundo bañado en azucar, donde lo feo, lo desagradable, lo doloroso, lo problemático no tiene ninguna cabida. Es un modo de vida hedonista, anestesiado e inconsciente, una vida sencilla y fácil. Al menos, así viven las clases medias (que en España serían altas). Y aunque todo nos resulta familiar gracias al cine y a la televisión, Estados Unidos es un país tan diferente a Europa como Japón, India o Turquía.

Dentro de unas semanas, os cuento si mi opinión ha cambiado. Quizás San Francisco sea diferente...

MORE FASHIONABLE

MORE FASHIONABLE Juguemos al juego de las siete diferencias.

En el dibujo superior podéis contemplar dos estanterías.

La de la izquierda tiene unas dimensiones de 149 por 149 centímetros, con una profundidad de 39 centímetros. Cada balda aguanta un peso máximo de trece kilos. Requiere montaje. Y los materiales, bueno, decir que en la web pone cosas como "material de relleno: papel".

La de la derecha mide 162 centímetros de ancho y 173 de ancho, con una profundidad de 36 centímetros. Tiene cinco ruedas en la base. Y el material... Según la web está hecha con "estructura de conglomerado alveolar chapado roble natural, roble gris o nogal". Y se entrega sin montar.

En el fondo, ambas son bastante parecidas, ¿no? Bueno, pues la de la izquierda cuesta 99 euros, y la de la derecha, 575. Pero, claro, es que la de la izquierda es de esta tienda, y la de la derecha, de esta otra. Que aun hay clases... y pardillos que se dejan el bolsillo pagando por una marca.

Porque yo entiendo que uno pague más por el diseño, o por la exclusividad. Pero pagar esa cantidad por algo que es casi idéntico (aparentemente) a un producto al alcance de todo hijo de vecino está fuera de toda lógica. Y luego se quejan de que los suecos estén invadiendo el mundo...

¿QUIÉN SOY? (Extended Play Version)

¿Soy un hippie?

I AM 42% HIPPIE!
42% HIPPIE
I need to step away from the tie-dye. I smell too good to be a hippie and my dad is probably a cop. Being a hippie is not a fashion craze, man. It was a way of life, in the 60’s, man.
Take the HIPPIE test at Fuali.com


¿Soy un artista torturado?

I AM 43% TORTURED ARTIST!
43% TORTURED ARTIST
I have some artistic ability, but it is probably a hobby and doesn't drive my life into a dark abysmal hole were I am alone and against the world.
Take the TORTURED ARTIST test at Fuali.com


(Puede que algo de artista tenga, pero lo de torturarse no va conmigo)

¿Soy un raver?

I AM 20% RAVER!
20% RAVER
Have I even been to a rave? I'll go home. I am a Loser. I suck. Actually, I am probably just a normal person taking this test and don't know why.
Take the RAVER test at Fuali.com


(Es la descripición más acertada hasta el momento... NO soy un raver, ya lo sabía. Aunque una vez estuve en el Sonar)

¿Soy un "geek"? (¿Qué es Geek, algo así entre friqui y perdedor?)

I AM 31% GEEK!
31% GEEK
You probably work in computers, or a history deptartment at a college. You never really fit in with the "normal" crowd. But you have friends, and this is a good thing.
Take the GEEK test at Fuali.com


¿Soy un adicto a Internet?

I AM 34% INTERNET ADDICT!
34% INTERNET ADDICT
I could go either way. Deep into the madness of nights filled with coding CGI-Scripts and online role playing games, or I could become a normal user. Good luck!
Take the INTERNET ADDICT test at Fuali.com


(¡Menos mal!)

¡¡¡AQUÍ ESTÁ LA RESPUESTA!!! Esto es lo que me ha salido en el test de "¿Eres White Trash?"

I AM 28% WHITE TRASH!
28% WHITE TRASH
The white trash in my blood will not keep me from becoming a doctor or a lawyer, but it will keep me from a good haircut and any sort of fashion sense.
Take the WHITE TRASH test at Fuali.com


Aunque soy inteligente (ejem, ejem), hay sangre de paleto provinciano en mis venas, así que nunca tendré sentido para la moda o un buen peinado... es decir, NUNCA seré un metrosexual. ¡Todo concuerda!

Y LA PALABRA DE MODA ES...

Y LA PALABRA DE MODA ES...
I AM 44% METROSEXUAL!
44% METROSEXUAL
I may own more than two pair of dress shoes, and maybe a designer suit, but I don’t mind going to the grocery store in sweats. And I may even go a day or two without a shower.
Take the METROSEXUAL test at Fuali.com


¡Metrosexual!

¿Quién se la invento? Ni idea. ¿Qué fue antes, Guti o Beckham? Guti, claro ¿Existían los metrosexuales y se inventó una palabra para designarlos, o existen los metrosexuales porque se inventó una palabra absurda?

En fin, lo que está claro es que, aparte de por haber hecho este Test, sé que nunca, nunca, nunca seré un metrosexual. ¿Sabíais que hay gente que tiene más de diez pares de zapatos? Hay mucho aprendiz de Imelda Marcos por ahí suelto... Y yo me sigo comprando los zapatos en la misma tienda de toda la vida de Pamplona: son discretos, duran años, y lo mismo da que sea invierno que verano que yo me los pongo igual, jejeje. Un par de zapatillas de deporte, unas (horrendas) playeras de las de toda la vida compradas por mi madre y unas pantuflas para andar por casa completan mi colección. ¿Gomina? ¿Crema para el pelo? ¿Exfoliarse? ¿Qué es exfoliarse? Pero si apenas he aprendido a peinarme... y además, me espera una dura lucha contra la temible alopecia... ¿Planchar la ropa? Bastante tengo con lavarla, tenderla, destenderla, doblarla y meterla en el armario... además, mi madre me enseñó que las camisetas no se planchan (y lo que una madre dice, va a misa, ya se sabe). ¿Y quién necesita camisas planchadas y pantalones de pinzas habiendo tantos vaqueros y tantas camisetas? ¡La arruga es bella! Y la ropa rebajada también lo es... ¿Cómo te pueden cobrar 150 Euros por unos pantalones que han cosido unos niños desnutridos en un taller de Pakistán o Corea del Sur?

Eso sí, yo no soy metrosexual, pero tengo estilo propio, eso no me lo quita nadie... Aunque, siendo sincero, envidio a la gente que tiene sentido para la moda, es una cualidad que yo no tengo. Hmmm... ¿y si me propongo ser un meteosexual? ¿Hay algún manual disponible? Porque, claro, luego uno va a las tiendas "cool" de Fuencarral y ni siquiera sabe distinguir la ropa de chico de la de chica, ¿tanto les cuesta poner un letrero como en el Unzu Oportunidades? ¿Y por qué los peluqueros no dispondrán de un poder especial para que te lean en la mente el peinado que tú quieres y que, evidentemente, no sabes explicar? ¿Y el porqué de los complementos? ¿Para que sirven esas cadenas que se cuelgan de la cintura? La crema hidratante... ¿se pone antes o después de irse a la cama? Que complicado es todo esto... ¡que tiempos aquellos en los que los únicos productos de belleza para el hombre eran la colonia Nenuco y el after-shave! Pero si ahora hasta mi hermano se tiñe el pelo...

¡PROHIBIDO HACER TEST!

Resulta que he hecho este otro Test.

Y el resultado ha sido este:

I AM 49% GRUNGE!
49% GRUNGE
What's this? The longest I've been without a shower is three days? Not even close, man. I should go sit out in the rain for a week.
Take the GRUNGE test at Fuali.com


Demasiado descuidado para ser Metrosexual, demasiado limpio para ser Grunge... ¿Qué soy yo, Dios mío, qué soy yo?

REALITY NO ES REALIDAD

REALITY NO ES REALIDAD Supongo que algún día reconocerán a John de Mol como un gran genio y visionario de la televisión. A este señor se le ocurrió un buen día la idea de un programa que marcó un antes y un después en la historia de la televisión: "Gran Hermano". Inspirándose (ejem) en George Orwell y su novela "1984", creó un concurso en el que diez personas serían encerradas durante tres meses en una casa, siendo controladas en todo momento por cámaras de televisión... supuestamente, estábamos ante "la vida en directo". Luego llegaron las variantes: ¿y si los encerramos en un autobús? ¿Y si los mandamos a una isla desierta? ¿Y si, además, cantan? ¿Y si construyen una casa?

Cunado Tele5 estrenó su primer "Gran Hermano", allá por el año 2000, el programa, a priori, me pareció poco atractivo. ¿Qué tiene de interesante observar la vida de unas personas en una casa? Me equivoqué: nada más entrar aquellos diez pioneros en la casa de Soto del Real, me quedé enganchado a la pantalla. Yo... y todo el país. Había nacido una nueva forma de hacer televisión y una nueva forma de hacerse famoso. En aquellos tiempos, aun se trataba de justificar la existencia de un programa así con la excusa de que era "un experimento sociológico". Jajaja...

Lo curioso es que "Gran Hermano" es cualquier cosa menos "la vida en directo". En cuanto algo se pone delante de una cámara, en cuanto hay un montaje, en cuanto hay una selección de imágenes, en cuanto hay una banda sonora... todo se convierte en ficción y los concursantes se convierten en personajes (y algunos siguen siéndolo toda la vida). "La vida en directo" sería lo que graban las cámaras de seguridad de un banco, en un cajero, por ejemplo... y no hay nada más aburrido que eso. "Gran Hermano" es una telenovela que dura varios meses y que, además, se amplia en programas como "A tu lado" o "Crónicas Marcianas", que perderían gran parte de su sentido sin la existencia de "Gran Hermano".

La verdad es que el programa ya va por su sexta edición y, poco a poco, se ha ido desvirtuando. Los consursantes, ahora, sólo buscan convertirse en cutrefamosillos, salir en "Interviu", convertirse en comentaristas de cualquier programa para hablar de otros "reality-shows" en una especie de círculo vicioso que se alimenta a sí mismo... Yo siempre he creido que pasar por "Gran Hermano" puede ser una gran experiencia personal en sí misma: de repente, uno se convierte en un personaje y tiene una visión objetivada de sí mismo, uno puede verse a través de filtro de una cámara y creo que uno puede conocerse mejor o de otra manera, si es capaz de aprovecharlo, claro. Debe de ser curioso descubrir que uno cae pésimamente a la audiencia, o que se gana su favor y se convierte en ganador...

NOCHE EGOCÉNTRICA

NOCHE EGOCÉNTRICA Internet, la red de redes, el universo de blogs... Cientos, miles, millones de páginas webs repletas de gente guapa... Pues nada, que a mí también me apetece que los internautas me vean la cara. A veces soy un poco/un mucho presumido. Por cierto, que esta foto ya tiene un par de años, me parece. Pero apenas he cambiado, jejeje.

Y no es que la foto sea buena, la verdad. Pero me parece graciosa.

Encefalograma Plano

Encefalograma Plano En fin, es verano, me aburría y he decidido crear una nueva categoría temática en mi blog: Frivolidad. Aquí entrarán todas esas cuestiones intrascendentales, pero que tantas conversaciones divertidas y agradables generan.

Estando en la playa con Miguel y mi futura cuñada, mi hermano comentó que deberían hacer una película basada en "La Ocarina del Tiempo", un juego de consola de la saga de Zelda en el que un duendecillo va por el mundo matando monstruos diversos y tocando la ocarina. La pregunta es: ¿quién daría vida a Link? Descartando la opción obvia de Orlando Bloom, las propuestas son: Eloy Azorín, Pablo Rivero, Juan Carlos Ferrero y Fernando Torres.

Mi opción es Juan Carlos Ferrero. Que sí, que ya sé que es tenista, pero da el tipo (y además, ser mejor actor que Eloy Azorín es bastante fácil, jejeje).

...por no hablar de lo que me he distraido haciendo la fotografía.