YA ESTÁ AQUÍ
Esta noche arranca en Telecinco la cuarta edición de Operación Triunfo. Y ya están las fotos y los perfiles de los concursantes colgados en Internet. A primera vista, me han parecido todos muy guapos, y es que GH y OT siguen caminos paralelos:
-La primera edición es "la auténtica", es un fenómeno social, un programa de éxito cuyos concursantes no sabían lo que les esperaba, no tenían referentes y por eso también eran "los auténticos". Tanto ellos como el espectador caminan al mismo ritmo; en el caso de OT1, todo se improvisaba: de repente, los discos de las galas tienen éxito; de repente, ellos son estrellas; de repente, llenan dos noches seguidos el Bernabeu... Era algo que emocionaba y todo. En GH1, de repente, todo el mundo quería saber más sobre Anya, Ismael, Iván... estaban en boca de todos, fueron los primeros cutrefamosos como tales, el modelo a seguir por todos los que han venido después.
-En la segunda edición se trata de repetir el éxito de la primera edición, haciendo una copia milimétrica de lo anterior, intentando mejorar lo inmejorable: los concursantes. Estos ya tienen una expectativa de lo que les espera, son más modernos, más conscientes de su imagen, y para ellos el concurso es un mero trámite para alcanzar lo que realmente les interesa: la fama. Como el concurso es un mero trámite, el programa se convierte en algo rutinario y aburrido. Consecuencia: el invento sigue funcionado, pero no convence, el espectador siente que "ya no es lo mismo" y termina dándole la espalda al producto. Cuando Marta salió de la casa de GH, sus compañeros le decían "ya eres una cutrefamosilla"; en las conversaciones dentro de la Academia, todos los participantes estaban convencidos de que iban a grabar un disco en solitario, porque "si gente como Natalia, Verónica o Juan los han hecho, ¿cómo no vamos a hacerlo nosotros? (que somos más guapos y cantamos mejor)".
-En la tercera edición se introducen cambios importantes para rescatar a la nave del naufragio. En GH3, teníamos nuevo presentador, nuevo decorado, intentos de hacer el programa más espectacular. En OT3 se cambió el sistema de nominaciones, se fueron algunos profesores importantes, se intentaron hacer coreografías más vistosas... Y por una razón que se me escapa, los que seleccionan el casting deciden corregir el exceso de concursantes perfectos de la edición anterior con unos concursantes que son todo lo contrario: más feos, más extraños, más "friquis". En GH3 consiguieron una selección de concursantes repugnantes (Kiko, Patricia, Raquel, Ness); y en OT 3, una selección de triunfitos feos y poco carismáticos que, eso sí, eran mucho más simpáticos y, en algunos casos, cantaban mucho mejor que los pavisosos de la segunda edición.
-Y llegamos a la cuarta edición. T5 no tardó ni seis meses en sumergir en el olvido la tercera edición, poner en marcha una cuarta edición de GH, recuperó a la Milá y apostó otra vez por los concursantes guapos y poco profundos... ¿Qué pasará con la cuarta edición de OT? Apuesto que de la misma forma que GH dejó de utilizar la excusa de ser "un experimento sociológico", OT dejará de ser "un programa que busca nuevas estrellas musicales" para ser lo que realmente es: "un espectaculo televisivo". Nada de "sueños que se hacen realidad", ni de "yo estoy aquí por la música", no. OT4 será un reality puro y duro que T5 va a exprimir a fondo.
¿Habrá OT5? ¿O será el último estertor del formato? Esta noche tendremos todas las respuestas... Porque el secreto del éxito de un concurso de estas características depende no sólo del trato que reciba por parte de la cadena como de los concursantes... A ver si alguno que sea lo suficientemente interesante como para ver el programa (porque he decir que, a priori, no me apetece mucho verlo... aunque sé que caeré, muy malo tiene que ser para que yo no lo vea).
PD: Menudo ladrillo me he cascado sobre un tema tan poco interesante. Perdonadme, ya conoceis mis vicios.
-La primera edición es "la auténtica", es un fenómeno social, un programa de éxito cuyos concursantes no sabían lo que les esperaba, no tenían referentes y por eso también eran "los auténticos". Tanto ellos como el espectador caminan al mismo ritmo; en el caso de OT1, todo se improvisaba: de repente, los discos de las galas tienen éxito; de repente, ellos son estrellas; de repente, llenan dos noches seguidos el Bernabeu... Era algo que emocionaba y todo. En GH1, de repente, todo el mundo quería saber más sobre Anya, Ismael, Iván... estaban en boca de todos, fueron los primeros cutrefamosos como tales, el modelo a seguir por todos los que han venido después.
-En la segunda edición se trata de repetir el éxito de la primera edición, haciendo una copia milimétrica de lo anterior, intentando mejorar lo inmejorable: los concursantes. Estos ya tienen una expectativa de lo que les espera, son más modernos, más conscientes de su imagen, y para ellos el concurso es un mero trámite para alcanzar lo que realmente les interesa: la fama. Como el concurso es un mero trámite, el programa se convierte en algo rutinario y aburrido. Consecuencia: el invento sigue funcionado, pero no convence, el espectador siente que "ya no es lo mismo" y termina dándole la espalda al producto. Cuando Marta salió de la casa de GH, sus compañeros le decían "ya eres una cutrefamosilla"; en las conversaciones dentro de la Academia, todos los participantes estaban convencidos de que iban a grabar un disco en solitario, porque "si gente como Natalia, Verónica o Juan los han hecho, ¿cómo no vamos a hacerlo nosotros? (que somos más guapos y cantamos mejor)".
-En la tercera edición se introducen cambios importantes para rescatar a la nave del naufragio. En GH3, teníamos nuevo presentador, nuevo decorado, intentos de hacer el programa más espectacular. En OT3 se cambió el sistema de nominaciones, se fueron algunos profesores importantes, se intentaron hacer coreografías más vistosas... Y por una razón que se me escapa, los que seleccionan el casting deciden corregir el exceso de concursantes perfectos de la edición anterior con unos concursantes que son todo lo contrario: más feos, más extraños, más "friquis". En GH3 consiguieron una selección de concursantes repugnantes (Kiko, Patricia, Raquel, Ness); y en OT 3, una selección de triunfitos feos y poco carismáticos que, eso sí, eran mucho más simpáticos y, en algunos casos, cantaban mucho mejor que los pavisosos de la segunda edición.
-Y llegamos a la cuarta edición. T5 no tardó ni seis meses en sumergir en el olvido la tercera edición, poner en marcha una cuarta edición de GH, recuperó a la Milá y apostó otra vez por los concursantes guapos y poco profundos... ¿Qué pasará con la cuarta edición de OT? Apuesto que de la misma forma que GH dejó de utilizar la excusa de ser "un experimento sociológico", OT dejará de ser "un programa que busca nuevas estrellas musicales" para ser lo que realmente es: "un espectaculo televisivo". Nada de "sueños que se hacen realidad", ni de "yo estoy aquí por la música", no. OT4 será un reality puro y duro que T5 va a exprimir a fondo.
¿Habrá OT5? ¿O será el último estertor del formato? Esta noche tendremos todas las respuestas... Porque el secreto del éxito de un concurso de estas características depende no sólo del trato que reciba por parte de la cadena como de los concursantes... A ver si alguno que sea lo suficientemente interesante como para ver el programa (porque he decir que, a priori, no me apetece mucho verlo... aunque sé que caeré, muy malo tiene que ser para que yo no lo vea).
PD: Menudo ladrillo me he cascado sobre un tema tan poco interesante. Perdonadme, ya conoceis mis vicios.
3 comentarios
ace76 -
Er Manué -
Joserra -