BLOWING IN THE WIND
Imagínate que un huracán sacude tu ciudad.
Imagínate que, cuando la ciudad aun no se ha recuperado de sus desastrosos efectos, llega un segundo huracán.
Y después, un tercero.
Y un cuarto.
Los daños materiales y personales se cuentan por millones. Ha muerto gente. Donde antes se levantaban decenas de casas, sólo quedan ruinas y escombros.
Imagínate que vas conduciendo por la autopista poco después de la llegada del cuarto huracán. A tu alrededor, ruina y desolación. Te sorprendes al ver que un rótulo publicitario ha resisitido en pie. La fuerza del viento ha arrancado los anuncios más recientes y ha dejado al descubierto un viejo texto:
"Tenemos que hablar. Dios"
Esto es una historia real.
Me ha hecho pensar... pero no sé cuál es su sentido final, si es que lo tiene.
Imagínate que, cuando la ciudad aun no se ha recuperado de sus desastrosos efectos, llega un segundo huracán.
Y después, un tercero.
Y un cuarto.
Los daños materiales y personales se cuentan por millones. Ha muerto gente. Donde antes se levantaban decenas de casas, sólo quedan ruinas y escombros.
Imagínate que vas conduciendo por la autopista poco después de la llegada del cuarto huracán. A tu alrededor, ruina y desolación. Te sorprendes al ver que un rótulo publicitario ha resisitido en pie. La fuerza del viento ha arrancado los anuncios más recientes y ha dejado al descubierto un viejo texto:
"Tenemos que hablar. Dios"
Esto es una historia real.
Me ha hecho pensar... pero no sé cuál es su sentido final, si es que lo tiene.