FUGITIVO
Cuando cojo el tren a Pamplona, me distraigo leyendo los rótulos que anuncian las próximas salidas y llegadas. También lo hago cuando voy al aeropuerto. Tantos lugares a los que ir, ciudades que me quedan por descubrir. A veces pienso en ir un día cualquiera a Atocha y coger cualquier tren, el primero que salga a un sitio que me parezca interesante, viajar al azar, sin planes previos, dejándome llevar por impulsos. Hay algo fascinante en pensar que, en pocas horas, puedes estar en el otro punto del globo. El planeta es mucho más pequeño de lo que parece. Y viajar es mucho más sencillo de lo que se piensa.
Hace unos días estuve a punto de hacerlo de verdad. Sentía la necesidad de escapar, de cambiar de aires, de ver otros sitios, otros horizontes, otras paredes. Aunque sólo fuera por unas horas. Subir al tren, sentarme en mi asiento, ver el paisaje a través de la ventana, leer, escribir y pensar. Aparecer, por ejemplo, en Lisboa, o en Granada, o en Santiago de Compostela. Dormir en otra cama, bajo otro techo, probar otros sabores, ver otro sol. Y luego volver. Porque lo mejor de viajar es que siempre se vuelve renovado, redescubierto.
Escaparse es una forma de encontrarse.
Esa fue una de las grandes lecciones que aprendí en el Interail.
Pero lo que de verdad me apetece es coger un día un avión, el vuelo más barato, y plantarme en Nueva York. Y desde allí ir a cualquier sitio: a las cataratas del Niagara, a las marismas de Florida, al lago Superior, a Boston, a Chicago, a Alabama, al cañón del Colorado, al parque de Yellowstone, a Hollywood, a Seattle, a ver secuoyas, jugar a las tragaperras en Las Vegas, atravesar el desierto, escuchar jazz en New Orleans, recorrer en coche la ruta 66, ver la casa donde nació mi abuela en Nuevo Méjico... y acabar el viaje en San Francisco, contemplando una puesta de sol en Baker Beach.
¿Quién sabe? Algún día se me cruzan los cables y me voy.
11 comentarios
Joserra -
Joserra -
Natx! -
ace76 -
¿Qué sería de Estados Unidos sin el cine?
Jose -
ace76 -
Bueno, un entierro de un negro, o el Mardi Grass.
También habría que ir a Atlanta, a ver la fábrica donde nacio la Coca Cola
ace76 -
Lo de la furgoneta es una buena idea, Randall. Lo que pasa es que a mí conducir no se me da muy bien. En Estados Unidos sí que me atrevería, total, los coches son automáticos y las carreteras anchas y rectas.
Jose -
randallsteven -
maggie wang -
Corredera -
Ver un entierro de un negro en Nueva Orleans es una de las cosas que má me apetece...(pobre negro)