LA VIDA DE LOS OTROS
Cuando estuve en Pamplona hace un par de fines de semana, le pregunté a mi madre si había ido al cine recientemente. Ella me dijo que sí, que había ido a ver "La vida de los otros" y que le había impactado en todos los sentidos, que hacía años que no veía una película tan genial, que le recordaba a aquellas películas que proyectaban en los cines de arte y ensayo y los cineforums clandestinos (si aei52 tuviera blog, quizás hablaría de aquella vez en la que asistió a una proyección secreta de "El acorazado Potemkin". Lo que era subversión revolucionaria en los sesenta se ha convertido en temario universitario).
Extrañado de que mi madre mostrara tanto entusiasmo por algo que no tuviera un par de décadas -o un par de siglos- de antigüedad, fui a ver la película alemana del año. Por la noche, la llamé:
-Ya he visto "La vida de los otros".
-¿Sí? ¿A qué es genial?
-Sí. Me ha gustado mucho. Es una película compacta.
-¿Qué quieres decir con "compacta"?
-Que no tiene ningún fleco suelto, que el guión funciona como un mecanismo de relojería, todos los personajes dependen los unos de los otros aunque no sean conscientes de ellos. Incluso aunque no se conozcan ni se vean nunca. Las acciones de unos desembocan en las reacciones de otros. Y la atmósfera de opresión... Los espectadores estaban en tensión, resulta difícil de creer que exisitiera ese clase de régimen político, siempre con la duda de si uno es espiado, delatado, traicionado, hundido en un pozo. Casi como si fuera una novela de George Orwell. Por criticar algo, quizás hubiera quitado el final, el desenlace se alarga un poco...
-No, no. El final es imprescindible, es el cierre de todo, donde se descubre que una persona que no es nada se ha convertido en alguien. Ya no vive "la vida de los otros", sino su propia vida. Y todo gracias al poder del amor.
-Sí, es el proceso de humanización de un monstruo a través de los sentimientos.
-Bueno, ¿y qué más me cuentas, hijo?
-Poco más. Mi vida es muy aburrida últimamente. Blablabla.. Sonia... Blablabla... Miguel... Blablabla... el gato... Blablabla... el trabajo... Blablabla... las vacaciones de Semana Santa... Blablabla... Y eso es todo. Un beso, mamá.
2 comentarios
Jose -
Joserra -
El otro día vi El laberinto del Fauno, a ver si me hago una crítica carruselera