EL ESPÍRITU DE LAS NAVIDADES PRESENTES YA ESTÁ AQUÍ
Ha llegado en forma de felicitación navideña. Creo que ya he mandado unas cien, y ninguna era mía. Sólo he mandado "christmas" (que bonito palabro) cuando estaba en la Universidad y tuve una época en la que intercambiaba cartas con amigos de Bilbao y Santander. Ahora ya no lo hago, suelo mandar un e-mail colectivo con alguna reflexión personal y ya está, cubierto el expediente.
Luego me quejo de que a la casa Príncipe sólo lleguen emails del trabajo, de Amena, del ING y de la Universidad de Navarra...
Después llegará el sorteo de Navidad, con el familiar (iba a decir "entrañable", glups) soniquete de los niños de San Ildefonso. Al día siguiente, con mis décimos y participaciones, consultaré la lista de premios y, como no, no me habrá tocado nada. Aunque este año, no sé por qué, tengo la sensación de que sí, de que me va a tocar. Y si no, siempre queda la lotería de El Niño.
En el comedor de la empresa ya han puesto una bandeja con dulces navideños para picar. Compré en el supermercado turrón de Suchard con galleta: no me gustó, prefiero la receta tradicional. Espero poder recoger la cesta de Navidad la semana que viene: ¿habrá jamón para Nochebuena? En enero llegarán tiempos de dieta, pero estas Navidades no me voy a preocupar: el resto del año no se comen mazapanes y polvorones. Todo sea por el nacimiento del Hijo de Dios, jejeje.
Y las compras y los regalos... Me gusta la sensación que me produce encontrar el regalo adecuado para cada persona e imaginar la cara que pondrá cuando lo abra. Este fin de semana toca preparar el regalo del Amigo Invisible. ¿Quién será la víctima de una de mis maquiavélicas cajas? ¿O este año no haré caja? Y os preguntaréis, ¿qué es esto de las cajas?
En el fondo, me gusta la Navidad. Las luces, las tiendas decoradas, los Belenes, el estanque del parque de Yamaguchi congelado, los días de nieve...
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mce79 -
Joserra -