¿CÓMO REPARTIMOS LOS AMIGOS?
El domingo, en el avión, me encontré con Noemí, su marido y su hijo. Aun no conocía a Noemí en su faceta de esposa y madre y me transmitió buenas vibraciones. Se les veía muy felices a los tres. El niño es muy gracioso, no paraba de jugar con todo.
Noemí me comentó que a ver cuando hacíamos un encuentro los viejos compañeros universitarios. Yo le dije que habría que organizarlo, aunque en el fondo sé que esos planes nunca terminan de salir adelante. A todos nos apetecería hacerlo -supongo-, pero por una razón u otra nunca se hace realidad.
¿Por qué, cuanto mayores nos hacemos, menos amigos tenemos? O no es que tengamos menos amigos, simplemente, los vemos menos.
Parece que las personas que no forman parte de tu rutina diaria, poco a poco, se van alejando más y más. De repente, me pongo a pensar y me doy cuenta de que hay personas que siento muy cercanas a las que hace meses que no veo. Sólo sé de ellos porque me reenvían mails absurdos sobre la amistad. Y me digo: "tengo que quedar con Fulanito, tengo que ver a Menganito, a ver si quedo a tomar un café con Zutanito, con lo bien que nos lo pasábamos juntos". Pero luego no encuentro el momento ni el lugar.
Es terrible.
Habrá que hacer algo para remediarlo.
3 comentarios
Maggie Wang Kenobi -
Joserra -
Y sí, también hay que hacer un esfuerzo en mantener algo que gusta y que enriquece, suena raro y contradictorio: esforzarse en algo que gusta, pero es así. Yo a veces siento que hay gente a la que no llamo demasiado, no sé, será por uno de mis traumas infantiles de estos en los que siento que llamar=molestar
Er Manué -