MOLA SER SEGUNDO
Lance Armstrong se retiró después de dominar el Tour durante siete años. Quitando el primero y aquel en el que Beloki se cayó, destrozándose los huesos y su carrera, los demás los ganó con los ojos cerrados. Su nombre daba tanto miedo que sus posibles rivales se conformaban con luchar por el segundo puesto. Este año, con el tejano criando reses en su tierra, haciendo bromas sobre el dopaje de los futbolistas franceses y abandonando a Sheryl pocos días antes de su boda, sabríamos quien sería su sucesor. ¿Ullrich, este ciclista gordito que estaba llamado a suceder a Indurain? ¿Basso u algún otro italiano como Simoni, Guerini o Savoldelli? ¿Vinourokov o algún otro pupilo de Sainz?
Pues no, los jueces eliminaron de un plumazo a todos los grandes nombres del pelotón. Las vacas sagradas se convirtieron en idolos con los pies de barro y sangre hiperoxigenada. Quedaba Alejandro Valverde, pero una inoportuna caida en la tercera etapa le despojó del que iba a ser su Tour. Pero el del 2007 será suyo, ya lo vereis.
Así que, con el guión de la carrera cambiado, tocaba improvisar. Y resultó que los segundones en la sombra son unos campeones.
Ataques sorpresa, desfallecimientos, lideres que se hunden y resurgen, escapadas maratonianas. La afición española redescubrió el ciclismo y La 2 fue lider de audiencia gracias a Oscar Pereiro y Carlos Sastre. Oscar Pereiro consiguió el jersey amarillo con una carambola de treinta minutos, pero nadie ha dicho que el Tour no se pueda ganar en las etapas llanas (Pensec y Chiapucci estuvieron a punto de lograrlo en 1990). Desde el primer momento, Pereiro fue consciente de que era un invitado sorpresa a la fiesta del amarillo, pero supo estar a la alturas de las circunstancias. Exprimió sus fuerzas al límite en los Alpes, derrochó carisma y supo perder el Tour con clase y una sonrisa por menos de un minuto. Se notó que detrás de él estaba la sabiduría de Echávarri y Unzue, el duo navarro que cocinó los triunfos de Delgado e Indurain y las apasionantes agonías de Olano. Si el equipo de Carlos Sastre hubiera colaborado con ellos en "aquella etapa" en la que Landis demostró ser un valiente, el resultado podría haber sido diferente... Sastre se llevó su merecido en forma de cuarto puesto: en el Tour, como en la vida, el que no arriesga, no gana.
5 comentarios
ace76 -
duncan -
:-)
ace76 -
mce79 -
No creo que Sastre sea el culpable de que el CSC no colaborara en esa etapa. Creo que él se tenía que contener para no saltar del grupo en busca de Landis. Veo más responsabilidad en Bjarne Riis, que para algo es el que manda.
Joserra -