BALANCE
Si me preguntaran qué buenos momentos recuerdo de 2005...
Me acordaría de San Francisco. De los tranvías, del olor a humedad del YMCA, de Alcatraz, de las curvas de la Calle Lombard, de los leones marinos, de las partidas en las viejas maquinas recreativas del Museo Mecánico, de la primera mañana en la cafetería desayunando muffins con "The blower´s daughter" como fondo musical, del chocolate Ghirardelli, de la Transamerican Pyramid, de Sausalito y el sol de California, de los búfalos bajo la lluvia, del jardín japones, de los arcoiris de Castro, de la tienda de discos en el antiguo barrio hippie, de la tarta de chocolate Godiva de Macy´s, del frío que hacía en la piscina, de las instalaciones vanguardistas del SFMOMA... Pero sobre todo, me acuerdo de Baker Beach, la playa solitaria, mientras atardecía sobre el océano Pacífico y mi hermano, mi prima y yo caminábamos hacia el Golden Gate (es ahí donde se muestra como el puente más bonito del mundo). Fue uno de estos momentos donde todo parece estar en su sitio.
Me acordaría del Interail. Me siento orgulloso de haber sido capaz de cumplir uno de mis propósitos, no es algo que me suela suceder. Recordaré la emoción nerviosa que sentí cuando el tren salió de Barcelona, los mosquitos infernales del albergue de Milán, la plaza de San Marcos desierta a las ocho de la mañana, el tren abarrotado de gente que me llevó a Verona, la diminuta habitación del hostal de Roma, el jardín de Villa Camerata, la inmensa cúpula de la Catedral de Florencia, el David, Siena, el brillo del sol en los campos de olivos que rodean Asis, el intenso azul del Golfo de Corinto, "El nacimiento de Venus", cómo me perdí en Bari buscando el muelle desde donde salía el ferry para Grecia, cómo me perdí en el barrio de Eyup bucando el Cafe de Pierre Loti, la playa de Lido, el viaje nocturno a Estambul en tren (viaje en el espacio y en el tiempo hasta los años ¿cincuenta? La aduana turca parecía un decorado de película de fugitivos), "La tempestad", la música tradicional griega en una terraza de Plaka, el sabor de las olivas y la moussaka, la balaustrada de cristal del palacio de Dolmabhaçe, la sensación de lujo cosmopolita y de vuelta a casa que me produjo el aeropuerto de Estambul... Y tantas otras cosas.
Me acordaría de mi fiesta de cumpleaños en el Vegaviana. Me lo pasé muy bien con todas las personas a las que quiero (y con la amiga de Pablo, jejeje). Más cosas que me vienen a la cabeza: la final de la Copa del Rey de Osasuna, de fiesta por Pamplona; los batidos de nuez del Café Ajenjo, siempre acompañados de interesantes conversaciones; del concierto de Michael Bublé; del concierto de REM; del concierto de Garbage; de que NO pude ir al concierto de U2; de "Cabaret", mi primer musical; de la noche de estreno de "El calentito" y mi bocaza; de los momentos compartidos y de tantas otras cosas que ahora no recuerdo y que me vendrán a la cabeza en cuanto termine de escribir estas frases.
8 comentarios
ace76 -
Jose -
Joserra -
ace76 -
Creo que lo de mi bocaza se puede extender a cualquier día del año, jejeje.
esti -
pero date cuenta: es para reflexionar el hecho de que apenas nada de lo que rescatas del año pasado ocurró en Madrid.
Joserra -
ace76 -
mce79 -
Yo SI pude ir al concierto de U2 :-P