ONCE DE JUNIO, SANFERMÍN ANTICIPADO
Osasuna no ganó la Copa del Rey. ¿Tristeza? Sí, pero que nos quiten lo bailado. Así que Pamplona se echó a la calle para celebrar el subcampeonato y la clasificación para la Copa de la UEFA. ¿Que es una competición devaluada que exige un fuerte desembolso económico y que luego pasa factura a la pantilla con el consiguiente riesgo de volver a Segunda División? Sí, pero -lo dicho- que nos quiten lo bailado.
La Plaza del Castillo tenía más botellas, cachis y mugre acumulada que después del Chupinazo. La gente iba de rojo, emborrachándose a placer. Y en los bares, para demostrar que los navarros no somos reconrosos, mucha música con "sabor español", que si Melendi, que si Andy & Lucas, que si las Son de Sol... En fin, que fue divertido salir por Pamplona con los amigos. Hacía mucho tiempo que no pisaba lo viejo.
Ha sido un buen fin de semana, con sus partiditas a la consola y con sus comidas familiares coronadas con una buena tarta de chocolate y frambuesa (la familia Ederra pasa de las dietas). Pude ver los pichones que han nacido en sendas macetas en sendos balcones: pajarracos feos, pero entrañables. No todos los días uno es "padre adoptivo" de unas palomas. Tomé un café sorpresa con Esti, Jorge y familia, que habían venido a Pamplona para la licenciatura de su hermano pequeño. Y hasta fui a la tómbola de Caritas: 30 euros, 40 boletos. Resultado: "material escolar", "un paño de cocina" y ocho "reuna boletos como este y recoja premio" (que serán unos vasos de cocina o así).
Pamplona tiene esa virtud: se disfruta de las cosas sencillas, la de "toda la vida". Porque, la verdad, de "toda la vida" aquí en Madrid sólo he visto la plaza de Pontejos con sus mercerías y sus botones a dos pesetas.
La Plaza del Castillo tenía más botellas, cachis y mugre acumulada que después del Chupinazo. La gente iba de rojo, emborrachándose a placer. Y en los bares, para demostrar que los navarros no somos reconrosos, mucha música con "sabor español", que si Melendi, que si Andy & Lucas, que si las Son de Sol... En fin, que fue divertido salir por Pamplona con los amigos. Hacía mucho tiempo que no pisaba lo viejo.
Ha sido un buen fin de semana, con sus partiditas a la consola y con sus comidas familiares coronadas con una buena tarta de chocolate y frambuesa (la familia Ederra pasa de las dietas). Pude ver los pichones que han nacido en sendas macetas en sendos balcones: pajarracos feos, pero entrañables. No todos los días uno es "padre adoptivo" de unas palomas. Tomé un café sorpresa con Esti, Jorge y familia, que habían venido a Pamplona para la licenciatura de su hermano pequeño. Y hasta fui a la tómbola de Caritas: 30 euros, 40 boletos. Resultado: "material escolar", "un paño de cocina" y ocho "reuna boletos como este y recoja premio" (que serán unos vasos de cocina o así).
Pamplona tiene esa virtud: se disfruta de las cosas sencillas, la de "toda la vida". Porque, la verdad, de "toda la vida" aquí en Madrid sólo he visto la plaza de Pontejos con sus mercerías y sus botones a dos pesetas.
7 comentarios
lucia -
ace76 -
Ya veo que este año subirán cuatro equipos... la cosa recuerda a aquello de los avales y de "los equipos han ganado en las gradas la categoría que perdieron en los despachos".
Lucía, ¿ya tienes Internet en casa?
lucia -
Pero supongo que esas cosas no son fáciles de notar.
Bueno, que siento lo del Osasuna. Aunque me alegro por los del Betis, siempre me han caído bien.
mce79 -
Maggie Wang Kenobi -
MCE79 -
Joserra -