A LA SEGUNDA... ¿A LA TERCERA?
Ayer me llamaron tanto los de la caldera como los que me van a traer la cama (Seur). Como trabajo todo el día, les dije que vinieran a mediodía, de dos a cuatro. Vale, sin problemas. Pero yo estaba seguro de que sí, de que habría problemas.
Primero llega el de Cointra. Puntual y simpático. Le voy a explicar el problema de mi caldera. "Pues mira, cuando la enciendo y le doy aquí, va y no funciona". ¿No funciona? ¡Coño! Después de cinco días sin encenderse, va y salta la chispa... Claro, si ella se estropeo sola, ¿por qué no se va a arreglar sola? El caso es que el técnico la ha toquiteado un rato y ha decidido que lo que hay que hacer es cambiar un circuito. ¿Tenía el circuito en el maletín? No, claro que no. Hay que pedirlo a Cointra y quizás, tal vez, a lo mejor, esté para el jueves. O el viernes. O el lunes que viene. Mientras tanto... "No, no es que me haya engominado el pelo. Es que lo tengo sucio".
El de la caldera se va a las tres menos cuarto. A las tres tendrían que llegar los de Seur. Vaya, no vienen. A las tres y media llamo al Comercial de LoMonaco. Me dice que llame a Seur. Llamo a Seur y una simpática señorita me dice que el servicio que tiene contratado LoMonaco con Seur no garantiza la hora de entrega. ¿Mande? Pues no fue eso lo que me dijeron el lunes. Es que todo depende de la ruta, me dice la señorita. "¿No se puede quedar alguien en casa?". Pues no, mire, vivo solo y, además, mire que cosas, es que trabajo y todo. "¿Y no lo podemos dejar en la portería?". ¿Pero qué se piensan que vivo en la casa de "Aquí no hay quien viva"? Total, que les digo que avisen a los mensajeros para que no vengan y a ver si se pueden pasar mañana. La impresión que me ha dado es que esto es cuestión de suerte: si estás en casa, bien; si no, el mensajero no se va a preocupar de ir cuando tú sí estás. Porque, según la señora, no me pueden avisar justo cuando vayan a llegar... Total, que le vuelvo a llamar al Comercial de LoMonaco. Su respuesta: "Pues nada, a ver si mañana hay suerte".
SUERTE. Esa es la clave. Que te hagan bien las cosas, que los servicios contratados funcionen a la primera, que las cosas que uno compra no haya que cambiarlas al día siguiente, vamos, que las cosas sean como deben ser, no depende ni de la profesionalidad, ni de la eficacia, ni del bue hacer. NO. Dependen de la SUERTE.
A partir de ahora, cuando alguno de mis jefes me pida algo, le voy a responder: "Pues nada, a ver si hay suerte y te lo hago bien".
Y lo peor de todo es que no vale de nada quejarse, porque como todo depende de la suerte. Pero eso sí, si se trata de putear, aquí la gente se esfuerza al máximo.
Primero llega el de Cointra. Puntual y simpático. Le voy a explicar el problema de mi caldera. "Pues mira, cuando la enciendo y le doy aquí, va y no funciona". ¿No funciona? ¡Coño! Después de cinco días sin encenderse, va y salta la chispa... Claro, si ella se estropeo sola, ¿por qué no se va a arreglar sola? El caso es que el técnico la ha toquiteado un rato y ha decidido que lo que hay que hacer es cambiar un circuito. ¿Tenía el circuito en el maletín? No, claro que no. Hay que pedirlo a Cointra y quizás, tal vez, a lo mejor, esté para el jueves. O el viernes. O el lunes que viene. Mientras tanto... "No, no es que me haya engominado el pelo. Es que lo tengo sucio".
El de la caldera se va a las tres menos cuarto. A las tres tendrían que llegar los de Seur. Vaya, no vienen. A las tres y media llamo al Comercial de LoMonaco. Me dice que llame a Seur. Llamo a Seur y una simpática señorita me dice que el servicio que tiene contratado LoMonaco con Seur no garantiza la hora de entrega. ¿Mande? Pues no fue eso lo que me dijeron el lunes. Es que todo depende de la ruta, me dice la señorita. "¿No se puede quedar alguien en casa?". Pues no, mire, vivo solo y, además, mire que cosas, es que trabajo y todo. "¿Y no lo podemos dejar en la portería?". ¿Pero qué se piensan que vivo en la casa de "Aquí no hay quien viva"? Total, que les digo que avisen a los mensajeros para que no vengan y a ver si se pueden pasar mañana. La impresión que me ha dado es que esto es cuestión de suerte: si estás en casa, bien; si no, el mensajero no se va a preocupar de ir cuando tú sí estás. Porque, según la señora, no me pueden avisar justo cuando vayan a llegar... Total, que le vuelvo a llamar al Comercial de LoMonaco. Su respuesta: "Pues nada, a ver si mañana hay suerte".
SUERTE. Esa es la clave. Que te hagan bien las cosas, que los servicios contratados funcionen a la primera, que las cosas que uno compra no haya que cambiarlas al día siguiente, vamos, que las cosas sean como deben ser, no depende ni de la profesionalidad, ni de la eficacia, ni del bue hacer. NO. Dependen de la SUERTE.
A partir de ahora, cuando alguno de mis jefes me pida algo, le voy a responder: "Pues nada, a ver si hay suerte y te lo hago bien".
Y lo peor de todo es que no vale de nada quejarse, porque como todo depende de la suerte. Pero eso sí, si se trata de putear, aquí la gente se esfuerza al máximo.
3 comentarios
Anauel -
No puedes pretender que los servicios (que tu pagas) te los entreguen en fecha, correctamente y sin problemas...
Miguel -
Joserra -