STANDING IN THE WAY OF CONTROOOOOOL
Segunda edición del Summercase. Este año, en vez de en Barcelona, lo vimos en Madrid. Ventajas de Madrid: se puede ir en coche sin problemas de aparcamiento ni caravanas. Desventajas de Madrid: el recinto es un secarrral pedregoso y eché mucho de menos las zonas verdes que tiene el Forum de Barcelona que tan bien venían para recargar energías entre concierto y concierto. De las colas kilométricas para beber un poco de agua calentorra de las tres fuentes diseminadas por el solar es mejor no hablar. Sólo diré que, después de esperar media hora el viernes a que llegará nuestro turno para refrescar un poco la garganta (¿Mad Max? ¿El día después? No, Summercase!), el sábado decidimos ir contra nuestros principios y comprar vales de dinero (¡Summercash!): tres euros el botellín de Fuente Liviana. He ahí un maraviloso ejemplo de "el poder de la escasez" en Economía.
Después de ser humillado de nuevo en Wiimblendon, Miguel y yo nos subimos en el Supermicra y nos presentamos en Boadilla del Monte. Nada más entrar al recinto, nos encontramos con el concierto de The Sunday Drivers, y ahí nos quedamos, escuchando a los Beatles de Toledo. Cuando terminó, nos acercamos a ver el final del de Badly Drawn Boy, un cantante que nació en el sitio equivocado (es inglés, pero parece de Seattle, gorro seudogrunge incluido). Sin demasiado interés, la verdad. La tercera cita musical de la jornada fue con James, una vieja gloria del pop británico que hizo las delicías de los treintañeros maduros de la pérfida Albión (como pasó con Happy Mondays en la edición anterior, yo creo que la organización contrata a estos grupos pensando en la cerveza que van a consumir los festivaleros guiris). A mí su música me hizo pensar en Simple Minds y y su cantante me recordó a Michael Stipe. Hasta que sonó "Sometimes" y saltaron varias neuronas en mi cabeza. Sometimes, when I look deep in your eyes, I swear I can see your soul.
(El video sirve también como escalofriante testimonio de "los estragos del tiempo").
Para hacer un poco de tiempo, Miguel y yo nos dimos una vuelta por el mercadillo publicitario del festival. Nos dieron a probar una especie de refresco de Sidra, participamos en una promoción absurda de Nutella y tocamos en un Guitar Hero que no se escuchaba. Al final, nuestros pasos nos llevarón al recital de ese dandy decadente llamado Jarvis Cocker. No hubo canciones de Pulp. Cuando acabó, nos dispusimos a coger un buen sitio en las primera filas para disfrutar de The Gossip. Y como disfrutamos! Cañacañacaña. Su lider, Beth Ditto, es una mezcla de Divine, Mama Cass y Janice Joplin. Hacía décadas que nadie gritaba tan bien como ella. Con "Standing in the way of control" y ese riff de guitarra que es como una supernova rockera, la carpa se venía abajo.
Y ya que estábamos en primera fila, nos quedamos ahí para disfrutar de OMD y sus sintetizadores. Andy McCluskey se conserva bastante bien y el concierto, afortunadamente, no fue un fiasco como el de New Order. Arrancaron con ese himno de los ochenta llamada "Enola Gay" y siguieron con todos sus grandes éxitos, desde "Souvenir" a "Telsa Gilrs" pasando por "Pandora´s Box", "Maid of Orleans" y "Electricity", tema con el que se despidieron de un público que les ovacionó. A continuación, llegó el momento de disfrutar de nuestros hooligans favoritos, los Kaiser Chiefs. El concierto no se diferenció apenas del que vimos en la Riviera hace un par de meses, pero escuchar temazos como "Ruby", "Everyday I love you less and less" o "The Angry Mob" nunca cansa. La noche terminó con los chicos de The Chemical Brothers, de cuyo "directo" no esperaba gran cosa. A esas horas ya estaba bastante agotado, pero fue empezar a sonar "Push the Botton" y ponerme en pie instantáneamente. Durante la primera parte del "concierto" sonaron temas como "Hey boy, hey girl", "Star guitar" y el enorme "Out of control". Después empezaron con temas de su último disco, con mucha menos garra, y decidimos irnos.
Sin Mika y con el cansancio acumulado de la primera jornada, el sábado se presentaba para mí bastante descafeinado. Me dejé guiar por mi hermano, que me llevó a escuchar a The 1990´s, simpático grupo británico, y a Editors, épico grupo británico con cantante de voz melodramática. Ya podían haber traido a Snow Patrol... Después nos tiramos un rato en la hierba falsa de la zona de Chill Out y Miguel y yo conversamos sobre nuestras existencias. A las diez, PJ Harvey iniciaba su one woman show con un vestido de noche, una guitarra y un piano. Cuando se sentaba delante de éste, preguntaba al público si se le escuchaba bien. La verdad es que ese tipo de concierto intimista y teatral no pegaba para un festival como el Summercase. A mí PJ nunca me gustó y sigue sin gustarme. Tanta intensidad, tanta densidad, tanto goticismo pueden conmigo. Menos mal que The Flaming Lips, con sus explosiones de confetti, sus globos enormes de colores, sus rayos laser y ese cantante que parece el hermano universitario de Barry Gibb me alegraron la noche. A este veterano grupo sólo los conocía por su prestigio, pero después de verles en directo, ya soy fan. ¿Cómo no rendirse ante una banda que tiene una canción llamada Yoshimi battles the pink robots?
Después llegó el gran momento esperado por todos los festivaleros: el concierto de Arcade Fire. A este grupo yo sólo les conocía de nombre y la verdad es que las referencias que tenía de ellos no eran muy halagüeñas. Que si eran un grupo muy hermético, de un sonido oscuro y difícil, que si eran una exquisitez para iniciados... Todo mentira. Salió al escenario un grupo de diez personas que parecían los hijos pequeños de Belle & Sebastian (mi hermano me advirtió de que este comentario me daba puntos para el linchamiento), sólo que en lugar de haberse criado en la campiña inglesa lo han hecho en el barrio de una pequeña ciudad industrial. Además, un grupo que se atreve a versionar "Poupée de cire, poupée de son" demuestra que tiene mucha más inteligencia y apertura mental que gran parte de sus seguidores. También me he hecho fan de ellos y sus canciones "Neighbourhood #1", "Neighbourhood #2" y "Neighbourhood #3". Y como no, "Ocean of Noise" y ese final tan... ¿country-rock? ¿mariachi?
Y así acabó nuestro Summercase. Ni Bloc Party ni Lcd Soundsystem me motivaban lo suficiente. Si los Scissor Sisters hubieran empezado su concierto un poco antes, hubiera podido aguantar para volver a verles. Pero casi no me tenía en pie, así que mi hermano se apiadó de mí y me llevó a casa. Esto debe de ser cosa de la edad... o de no haber dormido lo suficiente. En fin, el año que viene, más.
3 comentarios
mce79 -
Si quereis saber más sobre los artistas y las canciones de las que habla ace76 no os perdais el "Especial Summercase" de Paseando por el Campo. !!!
Tony Tornado -
Joserra -
Suenan divertidos y sobre todo intensos estos festivales