INTENSIVO
Ayer comenzó, por fin, mi horario de verano. Me tocó empezar la jornada intensiva con un turno de tarde, cuatro horas bastante vacías de contenido. Hoy ya estoy de mañana. Seis horas también bastante vacías. Una de las cosas que menos me gustan de este trabajo es la poca capacidad de iniciativa que tengo. Siempre estoy a la espera de que pase algo... y hay ratos en los que no pasa nada. Supongo que, en realidad, muchos trabajos consisten en eso, en esperar. Esperar a que lleguen los clientes a la tienda, esperar a que haya un incendio que apagar, esperar a que llegue la inspiración, esperar a que suceda un hecho noticioso...
Quizás debería aprovechar mejor mis tiempos muertos.
Pero, por otra parte, perder el tiempo en trivialidades es uno de los grandes placeres de la vida.
Este es el momento en el que me pregunto si lo que escribo tiene algún sentido o si es del todo cierto. Porque también es cierto que me gusta hacer cosas e imaginar planes. Siempre tengo algo pendiente por hacer o algún proyecto en la cabeza. Otra cosa es que las vaya haciendo a mi ritmo... lento y pausado. Está claro que sé tomarme las cosas con mucha calma. Quizás demasiada. No tengo prisa. O no tengo sangre en las venas. Para algunas cosas, es un problema. Para otras, es una ventaja. No hay tantas cosas en la vida que sean realmente urgentes. Y cuando suceden, suelo reaccionar con velocidad.
Lo que tengo claro es que no soy un hombre de acción, tiendo más a la vida contemplativa. Me gusta observar y reflexionar. Eso me ayuda a disfrutar de cada momento... incluso de los que están vacíos de contenido. Al menos siempre estoy yo para hacerme compañía. Mi cabeza no se vacía nunca. Aunque esto no es garantía de nada... a veces la cabeza se llena de malos pensamientos, de comeduras de coco, de miedos, dudas y nervios. Esperar un sms que no llega se puede convertir en una refinada forma de torturarse.
Pero últimamente, cada vez que me levanto de la cama, no dejo de sorprenderme de la suerte que tengo. Y sonrío. Y no hay miedo a los vacíos.
(Yo iba a hablar de Sanfermines, pero se me ha ido la olla...)
8 comentarios
Tony tornado -
Si estuviera yo al otro lado de la cama, sonreirías al dormirte y al levantarte...
Hele!
ace76 -
Pues sí, Jotas, que poco se necesita para sentirse bien... :-)
Jose -
Cuando uno tiene motivos para sonreir, para qué quiere más?
Corredero -
ace76 -
maggie wang -
maggie wang -
Joserra -