¿ÉTICA-FICCIÓN?
Este fin de semana, aparte de comprar una nueva televisión, fui al cine a ver ¡una película española! ¡Y además me gustó bastante! "Mataharis" es la cuarta película de Iciar Bollaín, una historia coral sobre tres mujeres que trabajan en una oficina de detectives y que tienen que enfrentarse a sus pequeños grandes conflictos domésticos. Nada de glamour, ni de grandes frases, y sí mucha cercanía, mucho realismo y mucha credibilidad. Bueno, al menos en dos de las tres historias, ya que la ambientada en una fabrica donde se produce un conflicto laboral entre trabajadores y empresa me pareció demasiado idealizada. Sindicalistas ejemplares y seguidores de Rosendo, obreros concienciados, personajes capaz de anteponer sus principios a su futuro laboral y económico...
Los personajes en las películas siempre toman las decisiones correctas y tienen una ética a prueba de bombas. Desde cualquier película comprometida española hasta la cinta de Disney más pastelosa, los obreros van a la huelga en masa, se renuncia a todo por amor, se lucha contra el poder establecido, incluso se recibe alguna paliza que otra o se muere heroícamente, se descubre que la belleza está en el interior, la friqui de la clase se convierte en la reina del baile, el dinero no da la felicidad y los malos reciben su merecido, y son abucheados por el público.
Y a mí me dio por pensar en las conversaciones que he tenido con algún amigo sobre su situación laboral y la incapacidad de los empleados para enfrentarse a sus jefes, en los contratos por obra prolongados absurdamente, en los sueldos que no dan para ni ser mileurista, en frases como "huy, si se cumpliera todo lo que pone en el convenio...", en esas pequeñas injusticias que se producen cada día... Conversaciones que suelen venir seguidas de esta conversación:
- ¿Y no podéis hacer nada? ¿Una protesta todos juntos? ¿Algo?, digo yo, llevado por el imaginario cinematográfico de los heroicos y triunfantes obreros enfrentándose al capital.
- ¿Y qué quieres que hagamos?, me responde mi amigo, encogiéndose de hombros y sabiendo como es la situación desde dentro y lo cansado e inútil que es ser un revolucionario cuando hay que pagar el alquiler y decenas de facturas.
Siempre he pensado que, en las Facultades de Ciencias de la Información (y seguramente en cualquier otra, incluso en el colegio), deberían dar clases prácticas sobre cuáles son los derechos y deberes de los trabajadores y las empresas. A mí, al menos, me habría venido bien escuchar palabras como "convenio", "categoría laboral" o "finiquito" antes de firmar mi primer contrato. Y también deberían habernos contado una serie de peculiaridades de la profesión como "sé consciente de que sólo hay dos o tres empresas en las que trabajar", "ten en cuenta de que miles de personas querrán tener tu puesto sean cuales sean las condiciones económicas", "olvídate de acceder a procesos de selección de personal o entrevistas de trabajo por otro medio que no sea el enchufe personal", "ser becario no es esclavitud, es la oportunidad de tu vida" y "ya sabes donde está la puerta".
Hay días en que me alegro tanto de no dedicarme profesionalmente al mundo del periodismo ni de la comunicación audiovisual... Sí, ya sé que no es la actitud correcta, pero, llegada la hora de la verdad, he conocido a tan pocas personas dispuestas a renunciar a sus lentejas...
12 comentarios
Lucía -
Yo tengo ganas de ver Mataharis, muchas ganas. Pero eso que comentas me echa para atrás. Una peli así, supuestamente, debe destacar la ética real, es decir, los dilemas éticos que se dan en la vida cotidiana, de igual modo que Supermodelo 2007 los refleja, jaja.
mce79 -
Chico, yo tengo ese don porque soy bueno, que le voy a hacer :D
ace76 -
Tony, sabía que esa foto te iba a gustar... :-P
Hombre, Maggie, tampoco es cuestión que el trabajo no te guste nada de nada. El problema está en que es más fácil deprimirse cuando lo que crees que es "el trabajo de tu vida" empieza a revelar su lado oscuro... Vamos, que yo creo que la gente que se siente un 100% satisfecha con su trabajo es muy escasa (y muy felices, supongo)
maggie wang -
Tony Tornado -
Ah, sí, y que nunca me llevas al cine, leñe!
Soliloco -
Y el cesped siempre paree mas verde al otro lado de la valla, pero vamos que hay cada gremio que telita. Si te contara yo las historias de terror de vetes, agronomos y demas...
ace76 -
Por ejemplo, yo envidio que mi hermano pueda buscar ofertas de trabajo y hacer entrevistas sólo con ojear una semana infojobs o las páginas naranjas de los periódicos. Y que participe en procesos de selección de personal realizados ocn criterios profesionales.
En el mundo audiovisual incluso se da el caso de que el puesto de trabajo es el premio de un concurso (el casting que hizo Joserra, el concurso de "Los 4 de 4" que se hizo en Cuatro). Imagínate que se hiciera algo medianamente parecido con otros puestos de trabajo. Tiene un punto denigrante.
Ignacio Escolar, director de "Público", dice en una entrevista que "pocos periódicos aguantarían una inspección laboral". Y tiene más razón que un santo.
Jose -
Ah, joer, por cierto, es que si que hay gente que antepone su vida a su trabajo, etcetera. ¿Es que no te sirvo de muestra?
ace76 -
Tienes mucha razón el de acabar odiando lo que te gusta, Maggie. No sólo por los malos sueldos, sino por el acabar haciendo productos menores, soportar a jefes ineficaces y descubrir que a nadie le importa si haces tu trabajo muy bien, bien, regular o mal. Al final acabas haciendo lo mínimo para cubrir el expediente. En fin, que tiempos aquellos los de Transvision, algún día hablaré largo y tendido sobre esa empresita, jajaja
Maggie Wang -
ace76 -
Pero el otro ace76 piensa (y sabe) que esta es una actitud cobarde y que así, desde luego, las cosas no van a mejorar...
Joserra -