SIN NOVEDAD EN EL FRENTE
La rutina se ha instalado en mi vida, para bien o para mal. Supongo que para bien, ya que no me puedo quejar de como me van las cosas últimamente. Sin embargo, eso hace que no tenga noticias destacables para contar aquí en el blog.
Podría hablar de mis amigos, pero no me parece bien. En realidad, ya escribo sobre ellos en mis guiones. Cada uno de ellos es un personaje, en el mejor sentido de la palabra. Uno de mis profesores de Guión, Juan Miguel Lamet, me dijo que todos tenemos una historia, pero que no todos sabemos contarla. Supongo que eso es el talento. Uno de mis profesores de la Universidad, Paco Sánchez, me dijo que para ser un buen periodista o un buen escritor (¿qué es un periodista sino un escritor?), hay que saber mirar, hay que saber escuchar y hay que conocer los secretos del alma humana. Bueno, en realidad, él lo explicaba de otra forma, pero en mi recuerdo ha quedado registrado de esa manera.
Es bonito lo de "los secretos del alma humana". Quien no conoce el funcionamiento del corazón de los hombres, difícilmente podrá llegar a ellos con sus creaciones.
Me gusta mirar a la gente que camina por la calle. Algunos llevan escritos su historia en la cara. Hace unos días vi a una dependienta en el supermercado. Era tarde, casi la hora de cerrar. Ella era una mujer madura (o quizás avejentada), de rasgos aztecas (una sudaca, hablando de manera más prosaica... Sudaca, qué palabra tan fea), y toda ella trasmitía una sensación de tristeza. Y yo no pude dejar de pensar en por qué esa mujer no era feliz... Ahí hay una historia, diría mi profesor.
La gente solitaria me sorprende, me fascina... podría decir que incluso me asusta. "All the lonely people, where do they all come from?", cantaban los Beatles. El mundo está lleno de seguidores de Eleanor Rigby... ¿Estamos todos condenados a la soledad? ¿Buscamos el amor porque tenemos miedo a morir tristes y solos? Y sin embargo, a veces, buscamos la soledad, y hay gente que se define como "solitaria". Yo soy de los que dice que le gusta la soledad, y es cierto, pero luego, a la hora de la verdad, casi nunca estoy solo. Y cuando estoy solo en mi casa, algunas noches, paso miedo. ¿Será por eso que las parejas duermen juntas?
Estoy recordando otra imagen que me llamo la atención recientemente ("polaroids metales" que las llamo. Suelo apuntarlas en mi diario, el privado... que, todo hay que decirlo, lo frecuento menos últimamente). Pasé por delante de una tienda de mascotas, ya cerrada. Pero la verja no estaba echada y había luz dentro del establecimiento. Me gustan las tiendas de animales y miré dentro. Un hombre y una mujer contemplaban, silenciosos e inexpresivos, como devoraban su comida tres o cuatro cachorros de perro. Me sorprendió que ver comer a los pequeños perros no les produjera ninguna reacción, pero me di cuenta de que para ellos, los cachorros no son más que mercancia que hay que vender cuanto antes. Sentí en el estómago una sensación ligeramente desagradable.
En fin, no lo puedo negar, me gusta escribir. Y no puedo negar que me gusta vomitar palabras en este blog. Creo que lo haría incluso si supiera que nadie me lee. En el fondo, yo soy mi mejor lector, porque soy el que mejor conoce al autor.
Podría hablar de mis amigos, pero no me parece bien. En realidad, ya escribo sobre ellos en mis guiones. Cada uno de ellos es un personaje, en el mejor sentido de la palabra. Uno de mis profesores de Guión, Juan Miguel Lamet, me dijo que todos tenemos una historia, pero que no todos sabemos contarla. Supongo que eso es el talento. Uno de mis profesores de la Universidad, Paco Sánchez, me dijo que para ser un buen periodista o un buen escritor (¿qué es un periodista sino un escritor?), hay que saber mirar, hay que saber escuchar y hay que conocer los secretos del alma humana. Bueno, en realidad, él lo explicaba de otra forma, pero en mi recuerdo ha quedado registrado de esa manera.
Es bonito lo de "los secretos del alma humana". Quien no conoce el funcionamiento del corazón de los hombres, difícilmente podrá llegar a ellos con sus creaciones.
Me gusta mirar a la gente que camina por la calle. Algunos llevan escritos su historia en la cara. Hace unos días vi a una dependienta en el supermercado. Era tarde, casi la hora de cerrar. Ella era una mujer madura (o quizás avejentada), de rasgos aztecas (una sudaca, hablando de manera más prosaica... Sudaca, qué palabra tan fea), y toda ella trasmitía una sensación de tristeza. Y yo no pude dejar de pensar en por qué esa mujer no era feliz... Ahí hay una historia, diría mi profesor.
La gente solitaria me sorprende, me fascina... podría decir que incluso me asusta. "All the lonely people, where do they all come from?", cantaban los Beatles. El mundo está lleno de seguidores de Eleanor Rigby... ¿Estamos todos condenados a la soledad? ¿Buscamos el amor porque tenemos miedo a morir tristes y solos? Y sin embargo, a veces, buscamos la soledad, y hay gente que se define como "solitaria". Yo soy de los que dice que le gusta la soledad, y es cierto, pero luego, a la hora de la verdad, casi nunca estoy solo. Y cuando estoy solo en mi casa, algunas noches, paso miedo. ¿Será por eso que las parejas duermen juntas?
Estoy recordando otra imagen que me llamo la atención recientemente ("polaroids metales" que las llamo. Suelo apuntarlas en mi diario, el privado... que, todo hay que decirlo, lo frecuento menos últimamente). Pasé por delante de una tienda de mascotas, ya cerrada. Pero la verja no estaba echada y había luz dentro del establecimiento. Me gustan las tiendas de animales y miré dentro. Un hombre y una mujer contemplaban, silenciosos e inexpresivos, como devoraban su comida tres o cuatro cachorros de perro. Me sorprendió que ver comer a los pequeños perros no les produjera ninguna reacción, pero me di cuenta de que para ellos, los cachorros no son más que mercancia que hay que vender cuanto antes. Sentí en el estómago una sensación ligeramente desagradable.
En fin, no lo puedo negar, me gusta escribir. Y no puedo negar que me gusta vomitar palabras en este blog. Creo que lo haría incluso si supiera que nadie me lee. En el fondo, yo soy mi mejor lector, porque soy el que mejor conoce al autor.
5 comentarios
Jose -
En verdad Antonio, creo que todos escribimos sobre nosotros mismos :-)
Ángela -
Ángela -
mili -
Te seguiré visitando...bye
Joserra -
Y sí, lo de la soledad es un tema complicado. A mi lo de vivir sólo como que a priori bufffff, no sé, no sé, me da miedo, como tu mismo reconoces, pero por otra parte da sensación de libertad total, no sé, es difícil.
Y lo de la pareja, pues hombre, anima saber que vas a envejecer con alguien a tu lado, relaja bastante.