VIVIENDO EN LA ERA POP
Como podéis ver, le he cambiado el título a mi blog. Me he dado cuenta de que, de manera inconsciente, este diario cibernético se ha centrado sobre todo en ese tema, en la cultura popular, el Pop. Lo de Viviendo en la Era Pop es una canción de Los Flechazos, grupo que me espanta porque se creen que ser Pop es peinarse con flequillo y vestirse con camisas de gorgueras (eso no es ser Pop, eso es ser obsoleto), pero como lema me viene al pelo.
¿Qué es Pop? Pop es todo lo que forma parte de nuestra cultura de masas, las señas de identidad de nuestro tiempo, especialmente cuando no tienen vocación de serlo. Es decir, un anuncio de Burn con pretensiones artísticas (soy el rey de la pista) es una pedantería; un anuncio de Renault 19 con pingüinos cargados de dinamita es un chiste involuntario (comienza a ser Pop); un anuncio de detergente cuyo slogan es conocido por todos (Un poco de pasta basta, La suciedad está en la ropa... ahora, la suciedad está en el agua, Esas manchitas rojas que dejan las picotas, Una solución quiero) es puro Pop. Desde aquí, reivindico la condición de iconos de la modernidad del payaso desteñido de Micolor y del conejito rosa de Duracell. Si Warhol convirtió las latas de sopa Campbell en una obra de arte y el Museo Reina Sofía expuso en su muestra Cien años del diseño español la etiqueta del aceite Carbonell, ¿por qué no puedo hacer yo lo mismo con los botes de desodorante Axe?
El auténtico Pop no tiene pretensiones de serlo. El tontipop español es eso, una tontería que sólo tendría sentido si su éxito fuera masivo (que es con lo que, en realidad, sueña todo grupo musical): La Oreja de Van Gogh es más auténticamente pop que Ellos y La Casa Azul, mero pop para minorías... Operación Triunfo es pura cultura popular y Eurovisión es el festival Pop por excelencia. Pero Pop no es sinónimo de caspa ni de horterada, no nos confundamos... En el fondo, el Pop reivindica la belleza de lo cotidiano, llama la atención sobre lo que nos rodea y que nos pasa desapercibido: la estética de los videojuegos, los tebeos y los dibujos animados, el diseño de los objetos diarios, la belleza de los logotipos... Un artista Pop hace que nos fijemos en cosas familiares como si lo viéramos por primera vez: un ejemplo emblemático sería el diseño que hizo Javier Aramburu para Los Planetas a partir del viejo logo de la Pepsi Cola. Por no hablar de la gira PopMart de U2, en cuyo escenario destacaban un arco gigante inspirado en el emblema de McDonalds, así como una aceituna y una pantalla con forma de carrito de la compra... Los centros comerciales son los museos del siglo XXI.
Y ya que hablamos de museos, no os perdáis la retrospectiva sobre Roy Lichtenstein que expone el Museo Reina Sofía... una cita indispensable para todo los que apreciamos el Arte Pop.
¿Qué es Pop? Pop es todo lo que forma parte de nuestra cultura de masas, las señas de identidad de nuestro tiempo, especialmente cuando no tienen vocación de serlo. Es decir, un anuncio de Burn con pretensiones artísticas (soy el rey de la pista) es una pedantería; un anuncio de Renault 19 con pingüinos cargados de dinamita es un chiste involuntario (comienza a ser Pop); un anuncio de detergente cuyo slogan es conocido por todos (Un poco de pasta basta, La suciedad está en la ropa... ahora, la suciedad está en el agua, Esas manchitas rojas que dejan las picotas, Una solución quiero) es puro Pop. Desde aquí, reivindico la condición de iconos de la modernidad del payaso desteñido de Micolor y del conejito rosa de Duracell. Si Warhol convirtió las latas de sopa Campbell en una obra de arte y el Museo Reina Sofía expuso en su muestra Cien años del diseño español la etiqueta del aceite Carbonell, ¿por qué no puedo hacer yo lo mismo con los botes de desodorante Axe?
El auténtico Pop no tiene pretensiones de serlo. El tontipop español es eso, una tontería que sólo tendría sentido si su éxito fuera masivo (que es con lo que, en realidad, sueña todo grupo musical): La Oreja de Van Gogh es más auténticamente pop que Ellos y La Casa Azul, mero pop para minorías... Operación Triunfo es pura cultura popular y Eurovisión es el festival Pop por excelencia. Pero Pop no es sinónimo de caspa ni de horterada, no nos confundamos... En el fondo, el Pop reivindica la belleza de lo cotidiano, llama la atención sobre lo que nos rodea y que nos pasa desapercibido: la estética de los videojuegos, los tebeos y los dibujos animados, el diseño de los objetos diarios, la belleza de los logotipos... Un artista Pop hace que nos fijemos en cosas familiares como si lo viéramos por primera vez: un ejemplo emblemático sería el diseño que hizo Javier Aramburu para Los Planetas a partir del viejo logo de la Pepsi Cola. Por no hablar de la gira PopMart de U2, en cuyo escenario destacaban un arco gigante inspirado en el emblema de McDonalds, así como una aceituna y una pantalla con forma de carrito de la compra... Los centros comerciales son los museos del siglo XXI.
Y ya que hablamos de museos, no os perdáis la retrospectiva sobre Roy Lichtenstein que expone el Museo Reina Sofía... una cita indispensable para todo los que apreciamos el Arte Pop.
11 comentarios
ace76 -
El "Pop Art" de hoy consiste en copiar (o mejor dicho, fusilar), a los artistas de esa época, o recuperar algo del diseño de los sesenta (colorines+curvas psicodélicas: Pop), pero sin aportar ninguna novedad propia. Aplicando la filosofía de Warhol a nuestro tiempo, lo auténticamente Pop es lo masivo, lo popular, lo que hoy guste a las masas. De ahí que afirme que La Oreja de Van Gogh sean más "Pop" en este sentido que Los Flechazos.
Creo que mi razonamiento es claro. Evidentemente, lo que hoy se entiende por "pop" ha degenerado bastante respecto a su concepto ideal y se ha convertido en lo "poppy".
tzch -
ace76 -
Je, el trabajo que hago ahora sí que lo puede hacer cualquiera que sea un poco inteligente...
vivelafete -
ace76 -
Pues nada, a diseñar... Hoy en día, con un ordenador y un poco de imaginación, cualquiera puede ser diseñador (y sin imaginación tambien, todo se reduce a plagiar)
ace76 -
Posiblemente, la máxima expresión de algo que podamos llamar Arquitectura Pop (quitando Las Vegas) sea Times Square, con todas sus pantallas, sus rótulos luminosos y sus luces de Neón.
No sé mucho de arquitectura, pero algo me dice que los edificios actuales tienden a ser obras de arte en sí mismas, dejando de lado la funcionalidad: el museo Guggenheim de Bilbao, la ampliación del Reina Sofía, mi facultad de Periodismo...
Joserra -
Ana que pasaba por aquí -
Tú, que has estado en Nueva York, has disfrutado de su "suelo libre", allí no existe el suelo privado. Sin embargo, en Londres, por ejemplo, los jardines urbanos son privados, no hay plazas, no existe espacio para el público, para que la gente se pueda reunir y charlar al aire libre.
Por eso, Nueva York es la ciudad de la "modernidad", es la ciudad de "las zonas al aire libre" por excelencia, y no solo como zonas de cobijo para el gran número de vagabundos que pueblan sus calles, sino que responde también a la idea de cogestión social.
Sin embargo, los arquitectos postmodernos solo se ocupan del "pastiche", de los frentes de los edificios. Para ellos, hacer plazas para los "obreros" es preocuparse de espacios conservadores. Prefieren construir una ciudad carísima en la que ningún "obrero" pueda permitirse el lujo de vivir; solo se llenarán de yuppies, de banqueros...
Joe! se me ha ido la olla, pasaba por aquí y te he soltado un rollo de aupa, espero que no te importe. Un beso
ace76 -
Lo que hay que aguantar, cría hermanitos y te sacarán los ojos.
Miguel -
Pop es el ruido que hace una botella al quitarle el tapon...
Y mi hermano es la reina del Pop...
Manué -
Necesito reivindicar lo pop que es My Curry Valenzuela